Oportunidad a largo plazo, pero un problema a corto

D. ALMENDRES / Burgos
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La demolición del mercado norte creará muchas dificultades a los establecimientos de Hortelanos. Sus dueños piden que el Ayuntamiento les informe de los planes de la obra para actuar en consecuencia

Oportunidad a largo plazo, pero un problema a corto - Foto: Luis López Araico

Los comerciantes y hosteleros de Hortelanos contemplan con mucha incertidumbre desde sus escaparates los últimos meses de actividad del Mercado Norte. La actuación prevista en el edificio de abastos traerá consigo un beneficio de futuro a una plaza que asume una larga espera hasta mostrar su nueva cara. Sin embargo, ese calendario previsto a muy largo plazo y aún por definir deja hoy más dudas que ilusión.

La necesidad de revitalizar, reurbanizar y, en definitiva, de mejorar la estética y el uso de la céntrica plaza choca de lleno con el irremediable impacto negativo que tendrá la actuación en el día a día de los negocios hasta que se vislumbren los primeros avances en la construcción de la futura dotación.

Esa larga «travesía del desierto» anticipada por los comerciantes hace que la comunicación y el flujo de información con el Ayuntamiento resulte vital, antes incluso de que las máquinas comiencen a trabajar. Aunque cambiar de arriba a abajo el concepto de 'las traseras' -como se conoce popularmente a este entorno- requiera un esfuerzo que merecerá pena, toda medida de prevención, de promoción y de visibilización durante este largo paréntesis urbanístico puede marcar la diferencias para los afectados.

La paleta de dudas es variada y extensa, pero hay una que se repite constantemente: «¿Cuánto tiempo estaremos así?» Se plantean. Solo hay un punto de partida claro y es que serán muchos años. Durante un largo periodo un gran muro perimetral delimitará el solar dejado por el inmueble y ello provocará también la eliminación de más de cien plazas de aparcamiento.

La Cervecería München es de hace casi dos décadas uno de los lugares más transitados con salida a Hortelanos y el negocio de hostelería asume que tocará superar un largo camino antes de ver en todo su esplendor la renovada plaza presidida por el moderno edificio de abastos.

«Nos tocará sobrevivir desde el momento en el que tiren el mercado, aunque está por ver qué pasa con el proyecto de construcción del nuevo. No sabemos nada y plantearse un plazo corto ya nos lleva a cuánto... ¿cuatro años por lo menos?», analiza José Manuel Ríos, su dueño.

El hostelero recuerda la intervención realizada en 2018 para mejorar la accesibilidad de diferentes zonas de un espacio que pide a gritos una intervención profunda. «Era necesario hacer algo, pero el tema está en los plazos que tenemos por delante», insiste.

(Reportaje completo en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)