El acusado de matar a su mujer en el domicilio familiar del municipio de Lantarón (Álava) en octubre de 2017 ha reconocido en el juicio que la mató golpeándola en la cabeza con un martillo estando ella de espaldas, ha dicho estar arrepentido por estos hechos y ha pedido perdón a sus hijos.
La Audiencia Provincial de Álava ha acogido este lunes el inicio del juicio con jurado popular contra el autor confeso del asesinato de Ana Belén, para el que la Fiscalía y las acusaciones particulares reclaman una condena de 25 años de cárcel por considerar que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.
Se trata del primer juicio con jurado -formado por cuatro mujeres, cinco hombres y dos suplentes de cada sexo- que se celebra en Álava durante la pandemia de coronavirus.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares consideran que el acusado es autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, y creen que concurren las agravantes de parentesco y de comisión del delito por razones de género.
También reclaman que indemnice a los dos hijos del matrimonio con un total de 240.000 euros (120.000 euros a cada uno de ellos) y a los tres hermanos de la víctima con un total de 60.000 euros. La acusación popular es ejercida por los tres hermanos de la víctima, la asociación Clara Campoamor y el Consejo del Menor, que asumió la tutela de uno de los hijos de la pareja, menor de edad.
El abogado de la defensa, por su parte, pide un máximo de 15 años de cárcel argumentando que su cliente ha reconocido que mató a su mujer con alevosía -porque la atacó por la espalda-, pide la retirada de los agravantes de género y ensañamiento, y solicita que se reconozcan como atenuantes que el acusado ha reconocido los hechos y entregó el arma homicida a la policía.
Además, destaca que ha pedido perdón a sus hijos y les ha entregado todos sus bienes en pago de indemnización y, a pesar de que no cubre el importe solicitado, cree que muestra la "intención reparadora". También denuncia el retraso en la celebración del juicio.
Tras la constitución del jurado popular y las cuestiones previas, el acusado solo ha querido contestar a las preguntas de su abogado. En su declaración, ha vuelto ha reconocer que el 3 de octubre de 2017, sobre las 10.30 horas, mató a Ana Belén en el domicilio familiar golpeándola en la cabeza con un martillo, estando ella de espaldas.
Asimismo, su abogado ha recordado que el acusado reconoció los hechos en comisaría y también en su declaración del juzgado, lo que ha sido confirmado por el acusado. También ha destacado que en el segundo registro, el acusado indicó dónde se encontraba el martillo con el que mató a su mujer.
Preguntado por su abogado por si ha pedido perdón a sus hijos, el acusado ha contestado que lo ha hecho "varias veces" y ha también ha contestado afirmativamente a la pregunta sobre si está arrepentido.
Por último, ha pedido a la presidenta del tribunal decir unas palabras para "pedir perdón" a la familia de su mujer, pero ésta le ha cortado para recordarle que al final de juicio tendrá derecho a la última palabra.
Escrito de la Fiscalía. El Ministerio Fiscal considera que el acusado es autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, y explica que éste "decidió acabar con la vida" de su mujer, Ana Belén J., de 45 años, al no aceptar que ella había iniciado una nueva relación sentimental y quería divorciarse de él.
En su escrito de acusación, relata que el matrimonio entró en crisis en 2017 y que fue ella la que manifestó su intención de separarse, para lo cual la pareja llegó a contactar con un abogado.
A pesar de la ruptura de la relación sentimental y la firme decisión de Ana Belén de separarse, el acusado no aceptaba tal decisión y, además de decir "o eres mía o de nadie", controlaba sus salidas del domicilio, incluso solicitando a sus hijos que le informaran acerca de dónde se encontraba su madre, siendo habitual que controlara su teléfono para conocer con quién mantenía conversaciones.
El escrito de acusación relata que ante esta situación, siendo "ya insostenible la convivencia", el día 28 de septiembre de 2017 la mujer concertó una cita con AMAPASE (Asociación Alavesa de Madres y Padres Separados) para informarse acerca de los trámites del divorcio. La cita fue fijada para el día 5 de octubre de 2017, pero Ana Belén fue asesinada dos días antes.
La Fiscalía señala que, enojado por la incipiente nueva relación sentimental y no aceptando la ruptura definitiva de su matrimonio ni los térmicos económicos del divorcio, el acusado decidió acabar con la vida de su mujer. Para cumplir su objetivo, el día 3 de octubre de 2017 le escribió un mensaje de whatsapp para que fuera a recogerle a Miranda de Ebro a primera hora del día, algo que ella hizo, para después dirigirse al domicilio familiar en Turiso, pueblo perteneciente al municipio alavés de Lantarón.
Según el escrito, ambos discutieron y después el acusado se dirigió al cobertizo ubicado junto a la vivienda, donde cogió un martillo. A continuación se dirigió a la cocina, donde estaba Ana Belén y "aprovechando que estaba de espaldas a él, de manera sorpresiva, y con la intención de acabar con su vida", la golpeó con el martillo en la parte posterior de la cabeza, lo que provocó la caída al suelo de ella, dejándola inconsciente.
Asimismo, subraya que, una vez en el suelo, todavía con vida "y sin posibilidad de defensa", el acusado continuó golpeándola con fuerza en la cabeza, haciendo uso del martillo, "con insistencia y brutalidad", hasta que comprobó que había muerto. El cuerpo de la mujer presentó un total de 12 heridas en la cabeza y la causa de la muerte fue destrucción encefálica por politraumatismo craneoencefálico.
El escrito indica que, a continuación, "siguiendo el plan que había preparado en los días anteriores", el hombre introdujo el cuerpo sin vida de su mujer en el vehículo que ella utilizaba, limpió la cocina y se trasladó en el citado vehículo hasta Miranda de Ebro, donde dejó aparcado el vehículo y depositó el cadáver en la parte trasera.
Fue una mujer que pasaba por la calle río Ebro de Miranda de Ebro (Burgos), quien alertó al 112 de la presencia de una mujer, cuyo cuerpo presentaba heridas de arma blanca, en el asiento trasero de un coche, que presentaba restos de sangre en la puerta y se encontraba estacionado. Su marido fue detenido a las puertas de la fábrica vitoriana de Mercedes Benz, donde trabajaba, horas después de conocerse el crimen. El acusado confesó el crimen y se encuentra en prisión provisional desde entonces.