Los efectos de la crisis económica cesarán algún día o año, aunque nadie se atreve a dar una fecha del final de la recesión actual. Mientras, las administraciones públicas deben elaborar informes y estudios para cuando lleguen tiempos mejores y puedan acometer inversiones. Y si hay un asunto de interés para la ciudadanía es el estado de los edificios. La Junta de Castilla y León es consciente de esta realidad y ya ha elaborado un amplio trabajo que lleva por título Plan Regional de Rehabilitación Integral, más conocido como Pricyl.
Un estudio que plantea estrategias de actuación y programas así como herramientas de valoración de las propuestas de nuevas áreas de rehabilitación integral (los populares ARI) y de renovación urbana (ARU). De todos es conocido el importante lavado de cara que han supuesto para la ciudad las obras en edificios y urbanización tanto en el polígono residencia de Río Vena (antiguo Carrero Blanco) como en el centro histórico. Ahora, se está a la espera de que la Junta declare el Área de Rehabilitación de la Barriada de San Cristóbal y así ejecutar los trabajos entre los años 2013 y 2015.
Las nuevas estrategias de rehabilitación integral de la Consejería de Fomento para Burgos se centran en tres barriadas con una importante población como son La Inmaculada, la Militar y la de Illera. Serían los lugares más idóneos para una intervención y donde puede haber mejores efectos, puesto que la naturaleza de los edificios facilita acciones conjuntas. Las dos primeras corresponden a conjuntos urbanos con una tipología colectiva predominante mientras que la tercera se trata de una colonia de caracterización rural. La construcción de las barriadas Illera e Inmaculada correspondió a patronatos franquistas, con una ejecución en 1957 y en los años 40 del siglo pasado, respectivamente. Por su parte, las casas militares también se remontan a los años 40. Hablamos, por tanto, de construcciones muy concentradas en el tiempo y con una arquitectura muy similar.
El Pricyl apuesta por una rehabilitación y protección de estos conjuntos, que también existen en otras capitales de provincias y núcleos intermedios, con más de 5.000 habitantes. Barriadas destinadas, en su momento, a un tipo de población o grupo social con vivienda social, que ejecutaron diferentes organismos o instituciones del Estado a raíz de los crecimientos residenciales en la segunda mitad del siglo XX. Es un patrón que se repite en ciudades como Valladolid, Burgos y Salamanca.
El plan de la Junta incluye el Índice de Necesidad de Rehabilitación (INR), con unos valores que van del 0 al 12 en función de la urgencia que requiera cada localidad o incluso cada barrio. En el caso de la capital, el índice -que cruza diversos factores estadísticos como población, crecimiento económico, desempleo, tasa de envejecimiento y densidad- se sitúa en el 7, al igual que Ávila, Palencia, Segovia y Zamora. Están por encima Valladolid, con un INR del 10, además de León y Salamanca (9 cada uno). Por contra, Soria cuenta con la tasa más baja, un 6, por lo que apenas es necesario acometer rehabilitaciones. El mayor problema, según explica uno de los redactores del plan, es que no hay datos estadísticos actualizados. Este profesional del Instituto de Urbanistíca de la Escuela de Arquitectura de Valladolid es partidario de que la administración prime los proyectos de calidad, con un alto desarrollo urbano integrado.
La Barriada de La Inmaculada, al igual que la Militar, es un asentamiento urbano homogéneo. La ficha del plan, que incluye datos básicos de cada lugar, recoge que en La Inmaculada cuenta con 778 viviendas en la primera fase y otras 264 en la segunda. La tipología del edificio responde a bloques de cinco alturas y unifamiliares en hilera, con pequeños patios traseros en el interior. El informe señala como particularidad que es «una de las mayores y más populosas barriadas de vivienda pública de la ciudad».
La Barriada Militar de Burgos, entre la calle Vitoria y la plaza Dos de Mayo, tiene 310 viviendas distribuidas en bloques en forma de T con un único portal de acceso. La ordenación se produce en torno a una plaza central y hay algunos espacios verdes y arbolados.
La Obra Sindical del Hogar fue la encargada de construir las 456 viviendas unifamiliares (pareadas y en hilera) de la Barriada Illera, entre la calle Condesa Mencía y el río Vena. Se trata de un homogéneo conjunto residencial de baja densidad, creada en sus orígenes para acoger a una población procedente del campo. En un principio, estaba alejado del centro histórico. De ahí que sea un centro autónomo con sus propias dotaciones, como una iglesia, escuelas y casa del productor. La unidad residencial rondaba los 350 metros cuadrados, donde se repartían la vivienda de una o dos plantas y un corral trasero.
El Pricyl parte de la base de que la rehabilitación urbana «sostenible e integrada» comienza con un diagnóstico pluridisciplinar que permite conocer cada barrio. Pero deja claro que va más allá del estudio de los edificios, las infraestructuras o los espacios públicos. Solo así, precisan los redactores del plan, se implicará a los diferentes actores y habitantes. Por otro lado, corresponde a los políticos tomar decisiones, crear los instrumentos jurídicos y dotar de los recursos económicos necesarios. Los objetivos últimos son establecer una estrategia de regeneración para «detener el deterioro del tejido urbano y social, preservar sus valores patrimoniales, reforzar la cohesión social y favorecer la actividad económica».
Renovación urbana
La rehabilitación, recoge el documento, tiene múltiples vertientes y va desde la conservación de los edificios singulares hasta la actuación en conjuntos edificados homogéneos (barriadas burgalesas) y barrios completos. Incluso, cabe la renovación urbana sobre espacios ya edificados para llevar a cabo una transformación global por medio de derribos y reconstrucciones, pero no da más detalles.
La Consejería de Fomento comprueba, además, una relativa urgencia de llevar a cabo actuaciones en diferentes puntos de Burgos como son Gamonal, el entorno de la avenida del Vena y la zona sur. Son ejemplos de los lugares donde los técnicos de la Junta han elaborado mapas de colores para determinar el INR y ver donde hay una «fuerte» necesidad, con índices muy altos, de entre 8 y 10. Hablamos, por ejemplo, en el caso de Gamonal de varios bloques de la calle Santa Bárbara y los de la Barriada de Juan XXIII, así como los que están entre la calle Vitoria y la calle Santiago Apóstol. Se trata de edificios que están en Arzobispo de Castro y Pérez Platero. Tampoco se libran los inmuebles más antiguos de Eladio Perlado (números impares), alguno de la calle Compostela y de la última zona de Vitoria (a continuación del pueblo antiguo).
En el caso de la zona centro, el Pricyl menciona algunos edificios en el entorno de la avenida del Vena y las calles Santo Domingo de Silos y Soria, además en la manzana entre la avenida de la Paz y Antonio Machado. Detectan la necesidad de una rehabilitación en bloques de Jesús María Ordoño, Segovia y junto al edificio de laDelegación de Hacienda.
El barrio de San Julián, San Pedro y San Felices, alrededores de la glorieta de San Agustín con la calle Madrid y el paseo de Pisones son lugares que también requieren una actuación.