Los restos de muros de casas medievales y los silos en los que se guardaba el grano aparecidos durante las excavaciones arqueológicas realizadas en julio en San Esteban para ubicar los contenedores subterráneos siguen al descubierto y únicamente están protegidos por una malla geotextil y unas vallas.
El equipo de Gobierno sacó un contrato menor para cubrir la zona por un importe de 40.000 euros pero quedó desierto. Ahora se cambiará el planteamiento inicial que pasaba por colocar una protección acristalada y se irá a una estructura de madera que proteja los hallazgos de las inclemencias meteorológicas y también se colocarán carteles informativos sobre la historia de la zona. Por ello, será necesario contratar la redacción de un proyecto, lo que se hará desde el área de Urbanismo dentro de un paquete que incluirá otras actuaciones y posteriormente se sacará a licitación la instalación.
No se descarta completar la actuación con un proyecto de realidad aumentada e incluir la zona como complemento a la visita al Castillo o a la iglesia de San Román como un recurso turístico más. Cabe recordar que las excavaciones arqueológicas sacaron a la luz muros de las antiguas casas. Ya se sabía de su existencia por otras prospecciones realizadas en 2011 para instalar los contenedores soterrados, pero a medida que se iban quitando capas se vieron que los restos eran de mayor entidad de lo que se pensaba. A ello se añadió el descubrimiento de media docena de silos en los que se guardaba el grano, que son habituales en el entorno (también afloraron en las obras de la Llana de Afuera, Solar del Cid o San Martín), pero no de esas dimensiones tan grandes (dos metros de profundidad y 1,8 metros de ancho). La teoría de Fabiola Monzón, la arqueóloga que dirigió los trabajos, es que corresponderían a los lugares donde los responsables del cabildo de la iglesia de San Esteban (situada frente a la excavación) podrían guardar los diezmos que cobraban.
Los silos se taparían con cerámica hacia el siglo XIII y están junto a una construcción que se cree que pudo ser un tipo de sótano o alhóndiga. También se han recuperado restos del pavimento que podrían estar relacionados con alguna de las calles transversales del barrio. Según detalló la arqueóloga en julio, en este nivel hay un espacio de actividad artesanal con pileta y suelos de yeso cuya función se desconoce por el momento. Y en la parte más moderna del siglo XVI se han obtenido construcciones de muros. En la zona hubo casas hasta la Guerra de la Independencia y muchas se destruyeron con la voladura del Castillo. De hecho, en la excavación se han encontrado algunas bala. También han aflorado restos de cerámica (vasijas, jarrones) se han podido reconstruir.