El sector del metal se alza como uno de los principales pilares que sostienen la industria de Miranda. Sin embargo, durante los últimos años las empresas de este ámbito han tenido grandes problemas para encontrar personal y el interés por formarse para aprender este oficio había decaído entre los jóvenes. La situación había llegado a ser tan compleja que hasta la continuidad del grado superior de esta materia estuvo en riesgo por la baja demanda de los adolescentes de la ciudad del Ebro. Ahora bien, la tendencia parece que ha empezado a cambiar y, según consta en el IES Fray Pedro de Urbina, los ciclos relacionados con este campo han ganado tanto tirón que, en total, se acercan a los 70 matriculados.
Algunas empresas del sector recuerdan que al conocer la posible pérdida del grado superior firmaron«un escrito para que no retiraran esos estudios» y trataron de «hacer presión para que siguieran adelante» porque consideran que «si a los jóvenes les gusta y se empiezan a matricular más, habrá más oportunidad de crecimiento» para las propias compañías asentadas en la ciudad del Ebro. Así lo afirma el gerente de Mafelca, Diego Lahoya, quien reconoce que este mismo año han contado con alumnos del IES Fray Pedro de Urbina y han notado un elevado «compromiso» tanto de los estudiantes como del centro«porque estaban muy volcados».
En concreto, Lahoya explica que «dos chicos muy jóvenes» realizaron las prácticas de grado medio en sus instalaciones de la carretera Bilbao y dentro de unas semanas comenzarán con las clases del ciclo superior de Construcciones Metálicas. El gerente de Mafelca comenta que gracias a esa etapa estos mirandeses tuvieron «su primer contacto con el mercado laboral» y demostraron «buena actitud, que puede ser la parte más complicada». De ahí que, según avanza, su intención sea que «dentro de un año y medio puedan volver a realizar las prácticas aquí y se puedan quedar a trabajar».
Esta no es, ni mucho menos, la única empresa de la ciudad del Ebro que se está nutriendo con los titulados de estudios relacionados con el metal que oferta el IES Fray Pedro de Urbina. Óscar Arriola, el fundador de Safemir Systems, describe que hace ya tres años contrató a un joven mirandés que «según terminó la ESO no sabía lo que hacer» y tras adentrarse en este sector decidió cursar un grado medio, que ahora está complementando con uno superior mientras acude «a media jornada» a esta firma ubicada en el vivero de la Cámara de Comercio. Este vecino de la ciudad del Ebro parece tener el futuro laboral garantizado, pues el gerente de la compañía en la que trabaja adelanta que está «esperando a que termine los estudios para que se incorpore a jornada completa».
Arriola considera que «la Formación Profesional ha vuelto y la gente la ha cogido con más ganas, porque antes igual estaba un poco peor vista, pero ahora vuelve a generar ese interés». Ahora bien, en Safemir no solo están atentos a los jóvenes que completan estos ciclos, sino que también incorporan personal a través de los cursos que se imparten en las instalaciones de la Cámara. Por ejemplo, el fundador de la empresa explica que ya ha contratado a una persona que realizó uno de estos módulos de soldadura y «la semana que viene empieza otro en prácticas, pero es con la intención de contratarle no solo para que haga las prácticas».
Y es que, según dice Arriola, en su empresa tienen carga de trabajo garantizada para bastante tiempo, como también ocurre en Mafelca. Lahoya cree que por esa cuestión«no hay problema», ya que en sus instalaciones cuentan con mucho movimiento. Tanto, que no pueden esperar para contratar a los futuros titulados y, por ese motivo, en los últimos tiempos apunta que han incorporado a «gente joven de fuera de Miranda», que ha llegado de lugares como Madrid o Burgos.