El presunto narcotraficante burgalés, Ricardo Díez Conde, Richard, reconoció ayer ante el tribunal que recibió 68 kilos de cocaína del empresario Luis Moreno Jimena como pago de una vivienda de su propiedad en la República Dominicana. Richard contestó a todas y cada una de las preguntas de la acusación y ratificó que, de esa cantidad, 50 kilos iban a ser distribuidos por el presunto cabecilla de la red, Óscar Eduardo Salazar, que ha negado su implicación en los hechos, y los 18 restantes por José Ricardo Álvarez, alias Pelolindo. Este último, que según la fiscalía era íntimo amigo de ‘Richard’ y su enlace habitual con Salazar, también ha confesado punto por punto su implicación en los hechos así como el relato de la acusación.
La confesión de Díez Conde se produce, según ha podido saber Diario de Burgos, dentro de un pacto fraguado en los prolegómenos del juicio entre la fiscal, Paloma Conde-Pumpido, y buena parte de las defensas. Según ese acuerdo, a cambio de la confesión los acusados verán reducida la petición de pena, en el caso de Richard en ocho años, al pasar de los 12 que solicitaba la fiscalía por un delito contra la salud pública en su escrito de acusación a sólo cuatro que, previsiblemente, va a pedir al final del proceso.
En una breve declaración Díez Conde negó que hubieran existido ventas anteriores de droga y negocios de blanqueo de dinero junto a Oscar Eduardo Salazar y sólo reconoció su implicación en estos hechos puntuales que se remontan al 24 de octubre de 2007. En aquella fecha Richard, conocido también como el Emigrante, residía en Punta Cana (República Dominicana) y fue su enlace en España, José Ricardo Álvarez, la personas que recibió la droga de manos de Luis Moreno Jimena en una nave industrial de Arganda del Rey (Madrid).
Miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que llevaban investigando a la red desde hacía meses, sorprendieron a los narcotraficantes con las manos en la masa, detuvieron a cuatro personas e intervinieron algo mas de 235 kilos de cocaína con un valor de mercado cercano a los siete millones y medio de euros.
La mayor parte de los acusados se encuentran en estos momentos en libertad provisional. No es el caso de Díez Conde que fue condenado por tráfico de drogas en 2001 a 8 años por la Audiencia Provincial de Burgos y que se encontraba huido de la Justicia desde que ese mismo tribunal dictase una orden de busca y captura contra él al no presentarse a otro juicio por narcotráfico. ‘Richard’ huyó a Punta Cana y desde allí a Caracas donde finalmente fue detenido por la Policía Bolivariana y extraditado a España en julio del año pasado. El juicio se celebra hasta el miércoles en la Sección Tercera de la Audiencia Nacional en su sede de San Fernando de Henares (Madrid) contra 20 personas de las que sólo 19 se sentaron ayer en el banquillo. Y es que uno de los acusados, Daniel Peter Zobel, de nacionalidad alemana y para el que se piden cuatro años de prisión, está enfermo y ha excusado su presencia en la vista mediante un certificado médico.
La vista comenzó con el interrogatorio al presunto cabecilla de la red, Oscar Eduardo Salazar, para quien la fiscalía pide 15 años de cárcel y 15 millones de euros de indemnización, que se negó a contestar a la fiscal. Sin embargo tuvo que escuchar la grabación de diversas conversaciones telefónicas, alguna de ellas con su supuesto socio, Ricardo Díez Conde, en las que aparentemente ambos cerraba los detalles de la operación. A pesar de todo, el acusado negó su implicación en los hechos y dijo no reconocer su voz en esas grabaciones.
Por su parte, otro de los principales acusados, el empresario Luis Moreno Jimena, también se negó a declarar. Para él la fiscalía solicita 14 años de cárcel por narcotráfico, tenencia ilícita de armas y falsificación de un carnet de conducir. Está previsto que el juicio se reanude hoy a las diez de la mañana con la comparecencia de los testigos de las partes. Mañana quedará visto para sentencia.