Nada mejor que hacer una parada inesperada en el camino para sucumbir a la flor del verano. La Bureba vuelve a teñirse de amarillo, pero en esta ocasión de un tono más dorado del que lucen las espigas de cereal los meses previos. El astro rey utiliza como espejo estas campas kilométricas repletas de girasoles que comienzan su dominio con el comienzo del estío y que a estas alturas muestran su mejor cara. Esa que compite en las redes sociales con la de las mejores calas de las Islas Baleares o los escenarios más impresionantes de los Pirineos.
De la fiebre del selfi tampoco se libran estos espectaculares paisajes de la comarca y de ello son conscientes en Briviesca y alrededores. Tal es el interés de los foráneos por conseguir la mejor instantánea entre miles de plantas que llegan a superar el metro -largo- de altura, cuyas palmas superan con creces el tamaño de la cabeza de un adulto, que han apostado por diseñar una ruta que presenta las áreas cultivadas por los agricultores más cercanas al centro de la ciudad.
La floración ha estallado esta semana y los viajeros tienen la posibilidad de acceder a algunas de estas fincas caminando. El entorno del polígono industrial La Vega -en la antigua carretera a Aguilar, paralela a la zona industrial- junto a la Vía de Bayona del Camino de Santiago, de Prádanos a Briviesca, o el paseo que lleva hasta el Santuario de Santa Casilda son algunos de los puntos más destacados a poco más de un kilómetro de distancia.
Para facilitar su localización, desde la Oficina de Turismo de la localidad reparten planos del municipio en los que además aparece un código QR que dirige al usuario a la aplicación de Wikiloc desde la que podrá seguir el recorrido con GPS. Los fotógrafos e influencers que escojan los girasoles burebanos como telón de fondo de sus publicaciones y compartan sus capturas en sus perfiles de Instagram, TikTok o Facebook, mencionen la comarca y Briviesca con el hashtag #girasolesconartebriviesca.
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