And the Oscar goes to... En esa decisión tendrá mucho que decir a partir de ahora Simón de Santiago, productor de películas como Ágora, Mientras dure de la guerra y la serie La Fortuna, de Amenábar, o La odisea de los Giles, de Sebastián Borensztein. El burgalés acaba de ingresar en la Academia de Cine de Hollywood y esa es una de las principales funciones de los académicos. Para cualquier cinéfilo, y De Santiago lo es desde que tiene uso de razón, entrar en ese club «es un sueño». «Recuerdo desde niño trasnochando para ver la gala. Así que esto es algo impensable; no parece real», dijo emocionado.
También tendrá oportunidad de asistir al Teatro Dolby, donde se celebran las galas, aunque son tantas las solicitudes que se suele hacer un sorteo interno. De todas formas esa alfombra ya la conoce porque acudió en el año 2010 con la película Biutiful, de Alejandro González Iñárritu, que estuvo nominada a Mejor Actor por Javier Bardem y en la categoría internacional por México. La cinta la coprodujo MOD, la empresa de la que forma parte junto a Fernando Bovaira y Pablo Alfaro. Se perdió la gala, sin embargo, cuando lo ganó Mar Adentro, de Amenábar, en una época en el que estaba vinculado a través de las ventas internacionales.
Desde 2007 su trabajo consiste en buscar la financiación para las películas en las que se embarca. «Es muy bonito poder ayudar a alguien en quien crees a realizar su visión», señala. Pero esa elección no siempre es fácil, sobre todo cuando le toca leer unos 50 guiones al año y de ahí salen dos proyectos. «Hay un poco de olfato, de oficio, y por otro lado tienes que conectar con el material, con el guion y el talento que va ligado a la película porque vas a tener que defender ese proyecto a la hora de la financiación y la comercialización», afirma quien empezó como director de Producción y Programación en Burgos Cable Televisión (hoy CyLTV).
Evidentemente influye quién es el director y el guionista -«de un buen guion puede salir una buena o una mala película, pero de un mal guión nunca va a salir una buena», recalca-. Y el conocimiento de a quién se lo puedes vender, a qué distribuidor le puede interesar y, sobre todo, pensar que hay un público que acudirá a las salas.
(El reportaje completo, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos o aquí)