La última etapa de la Vuelta a Burgos terminará hoy en el Condado deTreviño, pero no lo hará sin polémica. Aunque el Ayuntamiento de este municipio de la comarca de Miranda se ha esforzado por borrar las innumerables pintadas a favor de la integración en Álava que cubrían multitud de paredes, los vecinos comenzaron ayer a instalar grandes pancartas e ikurriñas -la bandera de la comunidad autónoma vasca- en el exterior de sus propiedades.
Es más, los residentes de la principal localidad del enclave preparan una movilización para lanzar sus reivindicaciones y protestar contra la forma en la que se ha anunciado el evento deportivo.
Desde la plataforma Trebiñu Araba Da, que ha animado a los vecinos a salir a las calles para visibilizar su sentir político, critican que «el Ayuntamiento esté utilizando tantos recursos para borrar unas pintadas, en lugar de destinarlos a las necesidades de las pedanías, que no son pocas». Asimismo, describen que el llamamiento a la movilización «no es contra la Vuelta Ciclista como tal», sino que su descontento se debe a que «han llamado a la etapa En-Clave de Burgos, por lo que si tienen que remarcarlo es evidente que hay una duda razonable de si Treviño pertenece a esa provincia o no».
Esta plataforma, que dice no estar vinculada a ningún grupo del Ayuntamiento del Condado, cuenta con bastante respaldo entre los habitantes. Ayer, en conversación con Diario de Burgos, algunos vecinos tachaban de «provocación» la manera de organizar el acto y aseguraban que iban a «salir a la calle para decir lo que pensamos y que se nos vea». Eso sí, aclaraban que «la única consigna es no molestar ni a los corredores ni a las personas que vengan a verlo».
(Más información sobre este tema y sobre la prueba deportiva, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos)