A oídos del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional había llegado el rumor de que un traficante ampliamente conocido por ellos, S.C.D., había vuelto a las andadas. Por lo visto, andaba trapicheando a las afueras de la capital, en la zona comercial de Parque Burgos. Tras una serie de vigilancias, confirmaron las sospechas y le detuvieron. El Ministerio Fiscal solicitó para él la pena de seis años de prisión, pero finalmente alcanzó un acuerdo para reducir a la mitad dicha petición de cárcel, a la que finalmente le condenó la Audiencia Provincial.
Los hechos, que ahora la sentencia da por probados tras el trámite de conformidad entre las partes, se remontan a los primeros meses del año pasado. Tras tener conocimiento de las actividades ilícitas de S.C.D., los policías nacionales montaron los correspondientes dispositivos de vigilancia en el aparcamiento exterior de la zona comercial Parque Burgos, donde se ubican entre otros Hipercor o Decathlon.
Entre finales de febrero y principios de marzo, los investigadores comprobaron que el ahora condenado acudía con un Volkswagen Passat de color azul hasta el párking y allí realizaba diferentes pases de marihuana y cocaína a cambio de dinero. En uno de estos intercambios, intervinieron a uno de los compradores una sustancia estupefaciente.
El Ministerio Fiscal solicitó en un principio seis años, pero se rebajó por su drogadicción
Con estos indicios recabados, el Juzgado de Instrucción número 4 de Burgos autorizó la entrada y registro de su domicilio, ubicado en la zona sur de la capital burgalesa. Allí encontraron una bolsa transparente con dos trozos de una sustancia blanca compacta que, una vez analizada, resultó ser cocaína con un peso de 85,9 gramos y una pureza del 77%.
Tenía, además, otros ocho envoltorios dispuestos para una venta al menudeo, con menor pureza y un peso que ni siquiera alcanzaba en total los 10 gramos.
Según las posteriores estimaciones, se cree que toda esta droga incautada hubiera alcanzado en el mercado ilícito alrededor de 10.000 euros. Además, en su domicilio encontraron otros 1.780 euros en efectivo y una báscula de precisión. Todas estas sustancias fueron posteriormente destruidas por orden de la autoridad judicial.
Tras su detención, se decretó su entrada en prisión provisional, dado que sobre él pesaban antecedentes penales por hechos similares. De hecho, la Audiencia Provincial de Burgos ya le había condenado por tráfico de drogas a seis años y medio de prisión en diciembre de 2014.
En el registro de su casa la Policía encontró cerca de 100 gramos de cocaína
El Ministerio Fiscal calificó los hechos como un delito contra la salud pública tipificado en el artículo 368 del código penal, en su modalidad de tráfico de sustancias que causan grave daño a la salud. Por ello solicitó una pena de prisión de seis años y una multa de 15.000 euros. Concurría, recordaba en su escrito, la agravante de reincidencia. Sin embargo, S.C.D. alcanzó un acuerdo antes de entrar en sala con la acusación pública para reconocer los hechos enjuiciados y conseguir una rebaja ostensible de su condena hasta los tres años de cárcel. La conformidad acepta la atenuante analógica de drogadicción, lo que provocó que en el momento de los hechos tuviera ligeramente alteradas sus capacidades intelectivas y volitivas.