La Gerencia de Atención Primaria adjudicó sus dos primeras plazas de formación de médico interno residente (MIR) ayer -una a última hora de la mañana y otra por la tarde-, una vez que el HUBU había agotado casi la totalidad de su oferta para preparar a nuevos especialistas. Este hecho, que es generalizado en toda Castilla y León, alerta de nuevo de que la sanidad pública tiene un problema para el que no está buscando soluciones: la especialidad en la que más urge la captación de profesionales, la de Medicina Familiar y Comunitaria, sigue perdiendo atractivo frente a las hospitalarias y, sobre todo, frente a aquellas con mayor salida en la sanidad privada.
El MIR es un proceso siempre largo, que comienza en enero con el examen. Este año se presentaron cerca de 13.000 graduados en Medicina para 8.772 plazas en toda España. El período de elección para quienes aprobaron comenzó el 8 de abril, cuando se agotaron en toda España las especialidades más demandadas: Dermatología y Cirugía Plástica. Cada día eligen plaza 900 personas, en función de la puntuación, y la tendencia es invariable: primero se cubren los puestos para especializarse en servicios hospitalarios y después, los que abren la puerta al ejercicio en los centros de salud.
Esta tendencia no solo no ha variado en Burgos, sino que parece acusarse. En el HUBU, que ofertaba 46 puestos MIR, ya solo hay opciones para especializarse en Alergología, Anatomía Patológica, Neurofisiología Clínica y Medicina del Trabajo. Y solo ahora empieza a resultar atractiva la Primaria en Burgos, que saca una oferta histórica con esperanzas de preparar a 41 médicos de familia en centros de salud de la capital (21 plazas, de las cuales ayer adjudicó dos), de Aranda (9) y de Miranda (11).
En 2023 se sacaron los mismos puestos y 13 quedaron vacantes (9 en Miranda y 4 en Aranda). Aun con todo, se atrajo a 28 médicos con interés en especializarse en Medicina Familiar y Comunitaria frente a los 19 de la convocatoria del 2022.
Las razones para esta disparidad de atractivo entre las especialidades médicas hospitalarias y la propia de la Atención Primaria son variadas, pero el vocal de residentes en el Colegio de Médicos de Burgos, Luis Casaval, explica que hay «dos motivos, principalmente. El primero es una razón de números, hay muchas más plazas para Familia que con respecto a las cirugías y por otro lado está el aspecto de la medicina privada que, al final, el residente quirúrgico tiene posibilidades más altas de medicina privada en su futuro profesional y más accesibles».
A esto añade la falta de una asignatura específica de Medicina de Familia en la mayoría de las facultades de Medicina de España. «Así que también hay algo de desconocimiento», concluye, subrayando el potencial de esta especialidad.