El girasol se afianza en Burgos y es líder en Castilla y León

R.E. MAESTRO / Burgos
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Este cultivo ha crecido mucho en la provincia en los últimos años y ahora llega a las 79.000 hectáreas, algo menos que en 2023. En la región se han puesto 364.637, destacando también Palencia y Valladolid

Los campos de girasoles han ganado terreno en la provincia. En imagen, una finca de la zona de Villamayor de los Montes. - Foto: Luis López Araico

El girasol se ha afianzado en la provincia de Burgos con el paso del tiempo y se ha logrado convertir en el cultivo más importante después del trigo y la cebada. Este año se han sembrado hasta 79.000 hectáreas, algo menos que el año pasado -cuando se alcanzó el récord con 84.500-, lo que le permite liderar la superficie sembrada en toda Castilla y León. En total, la región suma 364.637 hectáreas, destacando también Palencia (56.667) y Valladolid (53.229).

En 2023 se consiguió una cosecha histórica de girasol con 105.000 toneladas, fundamentalmente debido a que había colonizado más fincas que nunca. El rendimiento resultó «normal», con unos 1.250 kilos por hectárea en el conjunto de la provincia. Esto sirvió, al menos, como un respiro para los agricultores después de una campaña de cereal nefasta. Este año todo ha cambiado y el campo ha vuelto a sonreír con el trigo y la cebada -llegando a recoger 1,7 millones de toneladas-, mientras que para el girasol las previsiones iniciales también parecen positivas.

«Se está sembrando más porque tiene menos costes que el cereal, menos tratamientos y abonos», expone Gabriel Delgado, secretario provincial de UPA. Mientras, Diego Saldaña, presidente de Coag, manifiesta que también se debe a los ecorregímenes y a que la nueva norma de la PAC obliga a ello.

«Tiene menos costes de producción que otros cultivos al no necesitar nitratos», expone Susana Pardo, presidenta de la UCCL. «Cuando te dicen un poco tarde que se pueden sembrar los barbechos... por eso también se siembra más girasol. Este año también ha habido más problemas con las lluvias y no se ha podido entrar en algunas tierras a poner trigo o cebada, pues se ha apostado por esto», asegura.

El girasol se ha convertido en una de las principales alternativas al cereal en Burgos y su crecimiento se ha disparado en los tres últimos años. Si en 2020 y 2021 el número de hectáreas que ocupaba se quedaban en 66.000 y 56.000 hectáreas, respectivamente, en 2022 ya aumentaron a las 81.000 y en 2023 se incrementó hasta las 84.500. En la actualidad, en las provincias de la Comunidad donde tiene menos importancia este cultivo son Ávila (11.065 hectáreas), León (18.986) y Salamanca (22.722).

Esteban Martínez, presidente de Asaja, destaca que se trata de un cultivo muy bueno para la rotación. «Estos años atrás el fertilizante ha estado muy caro y muchos agricultores hemos apostado por el girasol por ahorrarnos un buen dinero», detalla. A eso se suma que la nueva PAC que entró en vigor en 2023 «nos  obligan a rotar un 10% de la explotación y a cambiar de cultivo, girasol o leguminosa», de ahí que se vea como una magnífica alternativa.

Sobre el precio, Pardo expone que los agricultores no se están beneficiando de lo que cuesta el aceite en los supermercados estos últimos años. «El precio de momento no se sabe, pero estos años atrás tampoco ha acompañado. Estamos viendo que en muchos casos los costes de producción superan a los beneficios», manifiesta Delgado. «El gran problema que se tiene hoy en el campo es que los precios de venta de nuestros productos no acompañan y no se corresponden a los costes», asegura.