Las aficiones del Mirandés y el Burgos ya calientan motores en el centro de la localidad ferroviaria. El sol acompaña a rojillos y blanquinegros, que sueñan con una victoria que les acerque a su objetivo, diferente para unos y otros. El ambiente es excelente y la convivencia buena, como suele ser habitual en todos los derbis que se han disputado en los últimos años. Las terrazas están llenas y es normal encontrar seguidores de ambos equipos en el mismo grupo. Todos están convencidos de que la victoria caerá de su lado, aunque será el terreno de juego el que dicte sentencia a partir de las 18,30 horas.

Habrá corteo por parte de la afición local, que a las 17,00 horas tiene previsto salir desde el centro hacia Anduva para estar media hora antes en el campo y empezar a animar. Todo indica que también los burgalesistas acudirán al estadio rojillo en grupo para arengar a los suyos también antes de que el empiece el balón a rodar.

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Los puntos son muy importantes para ambos y mientras el Mirandés quiere huir de la quema y poner tierra de por medio con respecto al descenso, el Burgos sueña con el play off y con llegar a los 56 puntos.