Han pasado dos años y un día y Saúl Berjón sigue siendo el héroe de Almendralejo. En tierras extremeñas marcó «el gol más importante» de su carrera deportiva. Ayer, en su Oviedo natal, volvió a su mente aquella jugada que nació de las botas de Álvaro Rodríguez y que acabó en el fondo de la portería de Ander Iru, portero del Bilbao Athletic. El asturiano tiene claro que todos los 23 de mayo serán «especiales» y le trasladarán al Francisco de la Hera, estadio en el que consiguió aquella histórica diana.

«Solo hace dos años, pero con el paso de ese tiempo lo empiezas a saborear de otra forma, más ahora que estoy fuera de la vorágine que supone la competición», comenta Saúl Berjón. Asegura que fue «un día importante» del que nunca se olvidará y en el que tuvo una «sensación rara» y es que no tenía muy claro cómo había que comportarse en aquellos momentos.

«Lo dije después del partido y era verdad. No sabía cómo celebrarlo porque había jugado en Primera y Segunda, pero nunca había logrado un ascenso», recuerda. Una de sus satisfacciones es ver el ambiente que existe cada jornada en El Plantío. Sabe que devolvieron la ilusión a una afición que lo había pasado mal y eso le llena.

«La pena es que no se pudo vivir de la forma que hubiera gustado debido a la pandemia. Aunque creo que eso provocó que se siga celebrando a largo plazo, que cada partido sea una fiesta por haber ascendido y haber llegado al fútbol profesional. Es un campo donde no se pitan los errores del Burgos, siempre se anima y puede ser por este motivo, porque la gente sigue degustando aquel momento y quiere disfrutar de lo que tiene», comenta.

Solo hace dos años, pero con el paso del tiempo lo saboreas de otra forma, más ahora que estoy fuera de la competición»

Habla de una «liberación» una vez se alcanzó el objetivo, así como de una temporada «atípica en todos los sentidos». «Estaban las restricciones por la covid y también todo lo que ocurrió en el club. Todo eso hizo que la campaña fuera muy diferente a otras. Lo bueno es que la acabamos con una sonrisa», responde.

Le siguen abrumando todas las muestras de cariño que recibe desde Burgos y desde el entorno del club, por lo que celebra que ese gol sirviera para que la entidad pudiera dar un paso adelante en todos los ámbitos. Es consciente de aquel ascenso evitó males mayores dentro de un club que entonces estaba sujeto con alfileres y que le hubiera sido complicado continuar en Segunda B. «Tenía toda la pinta de que si no había ascenso, la situación se complicaría, pero no pasó y ahora lleva ya dos campañas en el fútbol profesional y haciendo las cosas bien», comenta.

Otro de los aspectos que le alegran es ver cómo algunos de sus compañeros se han hecho un hueco en Segunda y han demostrado que tienen sitio en el fútbol profesional. 

«Yo ya sabía que eran buenos porque les veía entrenar, pero el problema es que no cabemos todos. En Segunda B hay muchos jugadores que tienen nivel más que suficiente para jugar en Primera y Segunda y algunos estaban en el Burgos. Me encanta ver cómo gente como Mumo, Córdoba o Raúl Navarro siguen a un gran nivel o que jugadores como Elgezabal han vuelto a la categoría», expone el asturiano.

Me encanta ver el ambiente de El Plantío y cómo algunos compañeros  se han hecho un hueco en Segunda»

Lamenta que Burgos no haya podido vivir un nuevo play off después de «una gran primera vuelta». Pese a todo, indica que el papel del equipo esta temporada es para estar «satisfechos», ya que ha logrado «con suficiencia y antelación el objetivo con el que comenzó, que era la permanencia», concluye.