Han pasado 5 años ya desde que la ministra Margarita Robles anunciara en Burgos su intención de dotar de más unidades a la base de Castrillo del Val y en la actualidad no hay visos de que se produzcan nuevas incorporaciones de tropa al acuartelamiento Cid Campeador. A una pregunta de los senadores populares Salvador de Foronda, Javier Lacalle y Raquel González el Gobierno central responde con evasivas. El PP interroga al Ministerio de Defensa sobre la posibilidad de que las instalaciones próximas a la carretera de Logroño ganen unidades. A lo que el Ejecutivo contesta que «el despliegue del Ejército de Tierra se encuentra en permanente evolución, adaptándose a las necesidades de la institución para un mejor cumplimiento de las misiones que tiene encomendadas». Por otra parte, asegura que «no ha adoptado ninguna decisión sobre una eventual retirada de unidades en Burgos». Es decir, que ni van a llegar nuevos destacamentos ni se van a perder en el corto y medio plazo. 

Hay que recordar que en lugar de crecer, la base Cid Campeador de Castrillo del Val perdió a la plana mayor (unos 30 militares) del Regimiento de Transmisiones en 2020. Mantiene un batallón pero no dará servicio a la División San Marcial, sino que se integró en un regimiento radicado en El Pardo (Madrid). El último traslado que impulsó el Ministerio de Defensa fue el del Grupo Logístico Divisionario, que el 1 de enero de 2016 abandonó Burgos con sus 250 militares para mudarse a la base de Araca, en Vitoria, como consecuencia de la reorganización que el Ejército de Tierra promovió en 2015 para la adaptación de su estructura a 8 brigadas polivalentes, las denominadas BOP, y otras modificaciones.

En 2019, en una visita a Burgos, Robles ensalzó las capacidades de Castrillo del Val para poder acoger a nuevas unidades, pero en este lustro largo nada se ha sabido de sus promesas.