En diciembre se cumplirán quince años desde aquel gran día en el que los trenes dejaron de atravesar la ciudad de este a oeste. El Ayuntamiento recibió los terrenos del antiguo trazado del ferrocarril, que transformó en lo que hoy se conoce como el bulevar, y se quedó también con varias edificaciones como la antigua estación o el antiguo depósito de locomotoras que felizmente fueron rehabilitadas para transformarlas, respectivamente, en un espacio de divulgación científica para jóvenes y en el Centro de Creación Musical (antes 'El Hangar' y ahora 'Andén 56'). Sin embargo, peor suerte han corrido los dos almacenes que ahora se quieren poner en valor ya que las diferentes corporaciones pensaban que se podían vender, aunque la realidad ha demostrado todo lo contrario.
Es cierto que hubo una oportunidad perdida cuando la Fundación Caja de Burgos quiso hacerse con una de estas naves y llegó incluso a redactar un proyecto para lo que bautizaron como 'La Locomotora'. Sin embargo, de manera inexplicable algunos impedimentos desde la Concejalía de Licencias por aspectos menores retrasaban y retrasaban la concesión de las autorizaciones y la Fundación se hartó, desistió y decidió comprar el edificio anexo a la Casa del Cordón. Precisamente el inmueble en el que pensaba el Ayuntamiento para ampliar las dependencias municipales. Con el tiempo, solo ha quedado lamentarse de las ocasiones perdidas.
También se planteó hace unos años que una de las antiguas naves pudiera acoger un Centro Internacional de la Vidriera Española.
Una iniciativa que habría sido pionera en la península Ibérica y que, desde que se ideó, contó con el respaldo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del Instituto de Historia, el de Cerámica y Vidrio y el de Ciencia de Materiales de Aragón, la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, la Sociedad Europea de Cerámica, la Universidad de Burgos y el laboratorio Hércules de la Universidad de Évora (Portugal).
Antes de aquellas propuestas, un grupo de empresarios planteó la creación de una sala de conciertos con zona de hostelería y hubo interés en plantear una iniciativa vinculada a la historia del ferrocarril, pero no había dinero. Incluso se planteó un centro de juegos. En 2017 el artista Pepe Carazo lo sondeó para poner en marcha un Centro de Referencia Nacional de la Acuarela. Nada valió.