La actriz y directora Núria Espert ha sido galardonada este martes con el Max de Honor 2024 por su "legado en las artes escénicas y su capacidad como gestora y empresaria teatral", "un premio de prestigio y muy especial", dice la actriz, porque se lo otorgan sus compañeros.
Núria Espert (Barcelona, 1935), Premio Princesa de Asturias de las Artes, 2016, asegura que es un premio deseado. "Estoy felicísima. Ha tardado en llegar porque han llegado otros premios y porque han llegado otros actores maravillosos", ha dicho.
El galardón, que entrega la Fundación SGAE y recogerá en la gala que se celebrará el próximo 1 de julio en Tenerife, le hace especial ilusión porque se otorga por votación de todos sus compañeros de profesión.
A sus 89 años, Espert se encuentra actualmente de gira con la obra La isla del aire, y "los que han ido al teatro a llorar han tenido que tirar el pañuelo", comenta divertida, ante su cambio de registro.
Protagonista de un repertorio clásico en el que se encuentra Yerma, Doña Rosita la soltera o Divinas palabras, advierte que ella misma se creía "muy trágica". "Mi repertorio es muy dramático y, sin embargo, ahora, estoy haciendo un trabajo muy diferente a lo que estoy acostumbrada", explica.
Se siente incapaz de decidirse por uno de sus personajes, pero sí recuerda en cuáles no estuvo a la altura y nombra con una sinceridad abrumadora a Próspero de La tempestad, uno de los personajes masculinos que ha encarnado a lo largo de su carrera, como hizo con El Rey Lear.
Lejos de pensar en bajarse del escenario, el premio lo recibe mientras prepara un nuevo espectáculo, una obra de Wajdi Wouawad que asegura que es "un texto muy bello" que ya la tiene estudiando por la noche y que, como siempre que emprende algo, la tiene "aterrorizada".
"Al principio, siempre tengo mucho miedo, mucha inseguridad, luego la cosa se va calmando", detalla.
Y comenta entre risas que eso no es todo, ya que está pensando en dirigir Cleopatra: "Siempre la he querido hacer y no he podido".
Asegura que mantenerse durante más de 60 años en su profesión se debe a la "suerte" y a que ha sido "muy trabajadora". En estas décadas, además de actuar, ha dirigido óperas como Madame Butterfly, Rigoletto o La Traviata; también a actores como Glenda Jackson, Joan Plowright o Irene Papas y ha creado su propia compañía teatral.
Con 13 años ya formaba parte de la Compañía Titular Infantil del Teatro Romea de Barcelona; cinco años más tarde, el éxito de 'Medea' la impulsó a continuar en una carrera "llena de vaivenes, con picos hacia arriba y picos hacia abajo", describe. "Soy valiente, pero a los valientes también les llega una bofetada", señala.
De 1979 a 1981 asumió la dirección del Centro Dramático Nacional junto a José Luis Gómez y Ramón Tamayo. Para ella, por mucho que se diga, el teatro "no está en crisis", es un mantra que aparece y desaparece. "Así ha atravesado los siglos, y lo que queda, pero estamos constantemente renovados", indica.
Se considera feminista desde "antes de que se inventase la palabra" y reseña que su profesión es de las más avanzadas para darle su sitio a la mujer.
Respecto a la censura que se intenta imponer a algunos espectáculos por iniciativa de Vox, indica que vivió otros tiempos "de sufrimiento y frustración", que compartió con la mayor parte de los españoles. "Solo queda apretar los puños, así -dice haciendo el gesto- y tirar para adelante. No se atreverán, no les dejaremos".
En sus estanterías se encuentran la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, el Premio Nacional de Interpretación, el del Corral de Comedias; el Laurence Olivier o el Evening Standard a la mejor dirección del año en Londres, entre otros muchos, a los que ahora también se suma, coincidiendo con el Max de Honor, el Royal Central School Speech and Drama.
"Es la gran escuela del drama y ahora me ha tocado a mí y no es corriente; es el lugar donde se han formado grandes actores a los que admiro. Los actores ingleses me parecen absolutamente extraordinarios", subraya.
Para aquellos que vean en su trayectoria un referente reseña que ha puesto todo de su parte, "un esfuerzo y trabajo que ha sido recibido por el público años y años, generación tras generación".