Afortunadamente no ha habido que lamentar un episodio tan lamentable como el vivido en el año 2012, cuando una gran gotera provocó que una indeterminada cantidad de agua de lluvia se deslizara sobre El triunfo de la Santa Cruz, una de las grandes obras de MarcelianoSanta María, que rememora la batalla de Las Navas de Tolosa y que preside uno de los espacios museísticos del Monasterio de San Juan. Eso sí, la prudencia obligó hace apenas tres semanas a retirar cinco cuadros del bautizado también como el Pintor de Castilla, de menor tamaño pero también piezas de arte irremplazables, de la entrada a la sala de capillas de este monumento declarado en los años cuarenta Bien de Interés Cultural (BIC)
En esta ocasión, los problemas son muy similares y se evidencian en que las humedades son cada vez más grandes por el efecto de unas goteras que no se corrigen y que, al parecer, esperan una intervención que nunca termina de llegar. Ha sido necesario incluso colocar un gran plástico en el suelo para evitar dañar el sistema de calefacción y para que no se produzca un destrozo mayor.
En un informe realizado por los servicios técnicos municipales se ha constatado, afortunadamente, que no existe riesgo de derrumbe de la cubierta.
La falta de limpieza de los sumideros, la presencia de tejas rotas que no se reparan parecen estar detrás de las goteras y de las humedades. Aunque en varias ocasiones se han producido visitas de técnicos de la Concejalía de Patrimonio y se han emitido informes al respecto, el tiempo pasa, las inversiones no llegan y los problemas, lejos de corregirse, se agravan.
Patio exterior. Incluso en las zonas ya rehabilitadas hace tiempo que han surgido problemas. De las goteras en el patio exterior del Monasterio de San Juan saben los organizadores de la feria de estocaje (este año la han celebrado en el interior), del Belén del Ejército e incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el año pasado participó en un mitin electoral en este emplazamiento.
El problema de no mantener en un estado óptimo las instalaciones no es ya una gotera de la que algunos solo se acuerdan el día que llueve. Lo preocupante es que esas filtraciones, gota a gota, vayan empeorando la situación. Y lo que antes se podía corregir de manera sencilla y económica, termina siendo una operación mucho más compleja y cara. ¿Se fía el arreglo a la tercera fase, aún sin fecha, de la rehabilitación de San Juan?