En agosto hubo que sacarle del coma, gracias al agua de la presa de cola de Castrovido. Hoy baja de la sierra con tanta fuerza que ha dañado ya un camino de Barbadillo del Mercado.
Porque más de 20 años y muchos millones después, el río Arlanza sigue a su libre albedrío. El embalse construido en Terrazas no puede retener las precipitaciones al menos hasta que terminen las obras de sellado del sumidero, que se han retrasado hasta junio, y la presa de Los Vados está a rebosar tras las lluvias de los últimos meses.
La imagen de estos días es la de un río pletórico, gracias en parte a las nieves que se este invierno no parecen quererse quedar en la Demanda. Tan pronto están blancas las cumbres como vuelven a verdear. Una imagen totalmente opuesta a la de agosto, cuando los vecinos llegaron a temer por los peces, cangrejos y de más habitantes del Arlanza.
La vitalidad de un río que pasó el verano en comaEl alcalde de Barbadillo del Mercado, José Antonio Sancho, contactó con la Confederación Hidrográfica del Duero y les hizo ver la situación límite en la que a su juicio se encontraba el río. Tras insistir consiguió que el organismo de cuenta accediera a soltar agua de la playa artificial de Castrovido.