La lucha contra el cambio climático, la reducción de las emisiones de efecto invernadero, están suponiendo tal desafío para la industria burgalesa que no hay capacidad eléctrica suficiente para atender todas las peticiones de demanda que se esperan en los próximos años. Es un fenómeno a nivel nacional que se ha desatado especialmente en el último año, al calor de todas las inversiones industriales que se están acometiendo para electrificar y digitalizar procesos, y que ha puesto en jaque la capacidad de servicio de la red eléctrica y, por extensión, de las compañías distribuidoras.
En Burgos se han disparado las peticiones con aumentos muy relevantes de potencia, principalmente para la electrificación de procesos industriales de calor que hasta ahora consumían combustibles fósiles (gas natural). Bridgestone, Ubisa, Verallia, Gala, por citar solo algunos ejemplos, están en este camino, y muchas pymes con ellas.
También se pide energía para nuevos usos, que van desde el almacenamiento en grandes complejos de baterías, la integración de electrolizadores para producir hidrógeno en los parques eólicos y fotovoltaicos, el autoconsumo de las industrias o los grandes centros de procesamiento de datos que está requiriendo una economía altamente digitalizada.
Un dato que prueba la carrera abierta por captar electricidad son las 20 solicitudes de acceso de demanda que ha recibido Red Eléctrica Española (REE) desde este verano, la mitad de ellas en las últimas semanas de octubre y del presente mes. En total suman 1,1 gigavatios (GW) de capacidad de acceso solicitada, lo que equivale a la mitad de la potencia eólica instalada en la provincia, la segunda más importante de España en este ámbito.
Burgos cuenta con nudos estratégicos en la red nacional en los que se han pedido varias conexiones como son los de Fuente Bureba, Vallejera, La Lora, Alcocero de Mola, Villímar, Barcina, Villalbilla, Cotorros, Virtus y Garoña... También hay otros puntos de conexión solicitados que lindan con la provincia y que podrían beneficiar a proyectos locales (se habla de la planta de amoniaco verde que se quieren instalar en Melgar de Fernamental).
Detrás de estas peticiones a REE están las grandes compañías eléctricas y los principales promotores de energías renovables, entre otros. Sus solicitudes exigen, básicamente, los mismos avales que se requieren para desarrollar cualquier parque eólico o fotovoltaico.
En apenas unas semanas se han movido más de 40 millones de euros en avales ante REE solo en Burgos, detrás de los cuales puede haber inversiones a futuro de varios miles de millones euros en nuestro territorio, estiman desde la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno (H2CyL).
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