El Burgos CF parece haberle tomado el pulso a la Liga SmartBank. Las dos últimas victorias ante el Real Oviedo y el Huesca han catapultado a los blanquinegros hasta el décimo puesto de la clasificación con 16 puntos después de 12 jornadas, un botín que se acerca a los 20 que logró en su última campaña en Segunda. Aquella temporada, consiguió la salvación deportiva con cierta holgura, aunque acabó bajando de forma administrativa.
Han pasado 20 años desde aquella campaña con Pendín, Cheryshev, Isailovic y compañía, pero las dos plantillas guardan ciertas similitudes, como la solidez defensiva y su capacidad para rentabilizar los goles. Aquel inicio del curso 2001/02 fue fulgurante porque ganó cinco de los seis primeros encuentros ante el Polideportivo Ejido, el Tarragona, el Extremadura, el Racing de Santander y el Xerez. Solo perdió contra el Oviedo en el Carlos Tartiere y disparó las ilusiones a las orillas del Arlanzón. De hecho, en la jornada seis lideraba la clasificación por encima del Atlético de Madrid.
Después de esa espectacular puesta en escena, la realidad de la categoría golpeó al Burgos CF y empezó a dejarse puntos por el camino. No obstante, su victoria en el Helmántico por la mínima con un gol de Pendín en el minuto 89 le permitió situarse en la cuarta plaza con seis triunfos, dos empates y cuatro derrotas.
La dinámica del Burgos CF actual ha sido un poco a la inversa, aunque ha llegado a la jornada 12 de la competición con solo cuatro puntos menos que aquel mítico equipo. Las primeras jornadas fueron de máxima exigencia y la primera victoria se hizo esperar hasta la cuarta jornada. Un 3-0 al Valladolid quitó los complejos a los pupilos de Julián Calero, que ya tienen cuatro triunfos y cuatro empates en su haber. Además, casi todos los puntos que han sacado han sido contra rivales llamados a estar en la zona alta de la clasificación y casi el 70% los han sumado en El Plantío.
Menos goleados. La solidez defensiva es un denominador común de ambos equipos. El Burgos CF de Enrique Martín llevaba nueve goles en contra a estas alturas, mientras que el de Julián Calero ha encajado 10, el que menos de toda la categoría junto al Zaragoza. Esa muralla defensiva fue el cimiento para que los blanquinegros lograran la permanencia deportiva en aquella campaña. Sus 20 partidos sin encajar de los 42 disputados fueron fundamentales para acabar en la decimosexta posición, con tres puntos de margen sobre el descenso.
Desde la experiencia en Segunda de aquel Burgos CF, el fútbol ha cambiado mucho, pero hay cosas que no varían y de las que se pueden extraer dos lecciones: la fortaleza atrás sigue siendo vital y, por muy bien que se empiece, las segundas vueltas se suelen hacer muy largas.