Mientras escribo, la brutal DANA que ha arrasado gran parte de la Comunidad Valenciana está descargando ya algo aplacada su furia sobre Cataluña y Baleares. Pocas cosas hacen que tomemos la dimensión exacta de nuestra fragilidad como seres humanos que el vernos enfrentados a fenómenos climatológicos extremos, de esos que verdaderamente escapan a nuestro control y nos enfrentan a nuestra propia mortalidad.

Mientras escribo, miles de personas siguen clamando por una ayuda que no llega o estiman insuficiente cerca de una semana después de que una concatenación de tormentas perfectas acabara, en el mejor de los casos, con todo lo que hasta ese momento había sido su vida. Y pueden dar gracias de poder contarlo porque, a la vista de las imágenes con las que nos bombardean a diario, seguir vivos puede en muchos casos considerarse la mejor de las venturas.

Mientras escribo, la solidaridad de cada una de las esquinas de este país con las víctimas que han perdido todo enterrado entre agua y lodo ha sido un ejemplo de todo lo que somos e, incluso, de lo que podemos llegar a ser cuando hace falta que luchemos por algo codo con codo. Decenas de camiones con suministros llegados de todas partes, miles de ciudadanos que se han plantado allí en persona para ayudar a limpiar y buscar a los desaparecidos, hermandad entre vecinos de toda la vida, ahora más unidos si cabe en la tragedia.

Pero, y esto también sucede mientras escribo estas líneas, la actuación de nuestras autoridades, de quienes de verdad manejan el cotarro, ha quedado francamente en entredicho. No se sabe si por inoperancia, por verse sobrepasados por la situación o por estar haciendo aberrantes cálculos de beneficio político, la respuesta ha parecido, sobre todo a los afectados, lenta y pacata, dejando a muchas personas sumidas en una desesperación por verse abandonados que se ha superpuesto sobre la desesperación de verse súbitamente en la nada.

Aprendamos, aunque ya sea algo tarde, a reaccionar y protegernos para cuando pasen de nuevo, porque pasarán, cosas como esta catástrofe climatológica, porque les aseguro que nos va la vida en ello. Porque sobre todo lo accesorio, me temo que cada vez más, seguirá lloviendo sobre mojado.

@VladimirConV