Primero se anunció para antes del verano, luego para septiembre, pero finalmente el área de Participación Ciudadana no realizará la consulta para testar si se implanta un aparcamiento regulado con prioridad para residentes en el Casco Histórico Alto mientras se lleva a cabo la construcción de un párking entre Álvar Fáñez y Corazas.
La razón que esgrime la concejala responsable, Carolina Álvarez, es que ya no tiene sentido una vez que el informe sobre las catas arqueológicas que se han realizado en la zona donde está prevista su ubicación concluyen que no hay restos o vestigios arqueológicos que impidieran su construcción aunque se están pendiente del dictamen final que emita la Comisión Territorial de Patrimonio, que se espera que sea favorable debido a que sus técnicos ya señalaron las directrices que se tenían que seguir. «No tiene sentido la consulta, dado que el siguiente paso es elaborar el proyecto del párking y su posterior construcción, dado que ello paliaría la falta de aparcamiento para los residentes, que era una de las demandas vecinales», justificó Álvarez.
A ello se sumaría la propuesta de ubicar unas escaleras mecánicas en la calle Subida de San Miguel para mejorar la accesibilidad, un planteamiento de los vecinos con el que el Ayuntamiento también está de acuerdo. «Los vecinos lo que quieren es poder aparcar y con el nuevo aparcamiento se solucionaría el problema. Además, su periodo de construcción no es elevado», añadió la responsable de Participación Ciudadana.
Cabe recordar que los sondeos en el entorno de las calles Álvar Fáñez y Corazas se realizaron en junio por parte de los arqueólogos y posteriormente se entregó el informe al Ayuntamiento y a la Junta de Castilla y León. Los resultados del mismo son determinantes, dado que no se han encontrado restos de gran valor se compliquen la construcción del estacionamiento que está contemplado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
El Ayuntamiento prevé construir un aparcamiento de 250 plazas, lo que implicará el vaciado de la ladera anexa al improvisado aparcamiento utilizado en la confluencia entre Corazas y San Gil para levantar una estructura de dos plantas. El terreno disponible supera los 6.400 metros cuadrados, aunque se podrán aprovechar alrededor de 4.000 para dar forma a un proyecto cuya redacción y ejecución deberán amoldarse a las recomendaciones incluidas en las conclusiones del documento.
Los movimientos de tierra previstos para levantar la futura estructura exigirán un control intensivo por el potencial arqueológico que esconde toda el área de actuación. El hecho de que la primera inspección descarte la presencia de elementos de un elevado valor histórico no quiere decir que durante el desarrollo de las obras sí aparezcan vestigios de mucho interés. Por ello, el informe propone que la colaboración entre Patrimonio y la futura empresa adjudicataria sea continua pero antes el Ayuntamiento deberá contar con el proyecto y licitar la obra.