Los cerca de 600 empleados burgaleses de los supermercados de medianas superficies (Alimerka, Lupa y La Plaza de Día) están llamados a la huelga el próximo 7 de diciembre. La negociación de su convenio pende de un hilo por cuestiones económicas, ya que la patronal se niega aceptar la subida progresiva hasta los 1.200 euros que pretenden los trabajadores de cara al 2025. Fuentes de CCOO presentes en la mesa aseguran que, en estos momentos, el salario que perciben estos empleados no alcanza en algunos casos el mínimo interprofesional, por lo que ven «justificada» su petición.
Apuntan desde la organización sindical que la patronal está ofreciendo a los trabajadores una subida del 1,5%, muy lejana a las pretensiones de los propios empleados. «Han ganado mucho dinero durante los meses de pandemia a costa del esfuerzo y voluntad de sus empleados», denuncian los empleados. Es por ello que, ante la parálisis de la negociación, ya les han advertido de la convocatoria de huelga para el próximo martes 7 de diciembre, en pleno puente de la Constitución.
Antes del anuncio oficial, ambas partes se volverán a reunir la semana que viene para tratar de desbloquear el asunto. De no salir de ese encuentro con novedades, CCOO y UGT aseguran que se convocará una asamblea entre los trabajadores para que conozcan ambas posturas y la justificación de la huelga. «Hemos estado desde el primer día de confinamiento dando el callo, trabajando en silencio por el bien de los ciudadanos y sin apenas absentismo... ¿y así nos lo pagan? Es inaceptable», protestan desde CCOO. A nivel regional las marcas de supermercados de mediana superficie se amplían con las plantillas de Gadis y Froiz, sin implantación en la provincia de Burgos, que sí cuenta con más de dos decenas de tiendas de Alimerka, Lupa y La Plaza de Día.
En total el convenio afecta a alrededor de 6.000 trabajadores en la comunidad. «Los empresarios solo quieren los beneficios que han generado los supermercados durante la pandemia para sí, no desean que estos reviertan entre sus personas», lamentan desde el sindicato, que se muestran muy críticos con la «falta de empatía» que han mostrado las cadenas con sus plantillas.
El trabajo de los empleados de medianas y grandes superficies durante la pandemia ha sido ejemplar. A pesar de la situación crítica por la que atravesó la sociedad, fueron capaces de dar respuesta a los picos de consumo que se produjeron, especialmente antes de decretarse el primer confinamiento.
Fueron uno de los sectores más expuestos, hecho que les llevó a reclamar en numerosas ocasiones un adelanto de su proceso de vacunación para poder trabajar en unas condiciones óptimas y más seguras. Sin embargo, desde Sanidad nunca se acabó de 'adelantar' la inoculación de las dosis a estos empleados.