El futuro del aeropuerto de Burgos y de su Consorcio de promoción puede dar un vuelco inesperado en las próximas semanas. Sería de la mano de una empresa mundialmente conocida, que había sonado como posible ‘clienta’ de las instalaciones únicamente en los inicios de Villafría pero que nunca llegó a aparecer como una posibilidad real... hasta ahora.
Ryanair, el gigante de la aviación de bajo coste, ha realizado una oferta formal al Consorcio para volar desde Burgos. Lo haría a Barcelona todo el año y a Londres en temporada alta, pero pone sus condiciones: en una carta recibida a mediados de agosto por la gerencia del organismo, plantea la necesidad de una ayuda anual que denomina «fondo de márketing» y cifra en un millón de euros al año para un periodo mínimo de tres ejercicios de duración.
A cambio de esta contribución que teóricamente permitiría reducir los precios de los billetes y apuntalar la rentabilidad de las operaciones, la compañía irlandesa operaría a partir del invierno 2016-2017 (dentro de un año, por tanto) tres rutas semanales a El Prat y a esto le añadiría dos vuelos semanales al aeródromo británico de Stansted (donde Ryanair tiene una gran base de operaciones) que se iniciaría en el periodo marzo-octubre (coincidiendo con la temporada estival en el sector de la aviación) del año 2017.
Siempre según se recoge en la misiva, los cálculos de la empresa estiman en 65.000 pasajeros anuales el volumen que sumarían ambos enlaces, lo que «representa una enorme oportunidad de desarrollar el turismo hacia Burgos e incrementar el número de escapadas». Hasta hoy, la mayor cifra de usuarios lograda por Villafría data de 2010 y fue de 33.595.
En su carta, el responsable de desarrollo de rutas de Ryanair explica que durante los próximos nueve años, hasta 2024, la compañía tiene previsto adquirir más de 380 nuevos aviones e incrementar su tráfico por encima de los 160 millones de pasajeros, con un precio medio del billete de 47 euros. Por eso, ‘venden’ que su presencia representaría «una oportunidad única para Burgos de desarrollar el turismo y el tráfico de pasajeros a partir de la red de Ryanair», con 72 bases y 192 aeropuertos.
La empresa recalca su interés en llegar a Burgos, pero apunta en la carta (escrita en inglés) que «desafortunadamente el alto nivel actual de tasas aeroportuarias no refleja los desafíos vinculados con el desarrollo de nuevas rutas o el nivel de rebaja de tarifas requerido para estimular el tráfico».
A buen seguro, la oferta de Ryanair será una de las principales cuestiones que tendrá sobre la mesa de discusión la asamblea del Consorcio de Villafría, convocada para el miércoles día 23. Ese día la gerente, María Jesús Lope, someterá a los miembros del Consorcio (entre los que se encuentran representantes de la oposición, cuyos grupos han sido muy críticos con su gestión) un informe de viabilidad del aeropuerto en el que tratará de explicar las posibilidades de futuro de la infraestructura.
Tras la marcha de Air Nostrum una vez que se acabaron las ayudas de la Junta y el fiasco de León Air, actualmente en Villafría no hay vuelos comerciales y tanto el Ayuntamiento como la Diputación (las dos instituciones que forman parte del Consorcio) deben decidir si siguen apostando por el aeropuerto o tiran la toalla.
O todo o nada. El lunes, en este mismo periódico, tanto el alcalde Javier Lacalle como el portavoz del PSOE Daniel de la Rosa coincidían en apuntar que la disyuntiva debía ser o bien una apuesta seria de futuro (lo que necesariamente implicaría aumentar las cantidades públicas que se destinan al aeropuerto) o bien el abandono definitivo del proyecto. Por su parte, Imagina y Ciudadanos preferían esperar a conocer el informe de la gerente para fijar su postura en torno al devenir del aeropuerto y el Consorcio.
La respuesta que pueda acordarse entre todos tendrá que ser rápida, sobre todo si se tiene en cuenta la oferta de Ryanair, porque la empresa irlandesa tiene prisa y solo quedan 10 días de margen. En su escrito al Consorcio de Promoción de Villafría expone que pretende cerrar su planificación para el invierno de 2016 a finales de este mes de septiembre y por tanto reclama «amablemente» una confirmación a sus planteamientos para emprender el papeleo necesario que incluya a la capital burgalesa en sus planes de futuro.
«Es una oportunidad histórica»
El PP está convencido de las bondades de la propuesta aunque necesitará el apoyo de algún otro partido en el seno del Consorcio
Los grupos políticos municipales podrán valorar la propuesta de Ryanair dentro del documento de trabajo que el equipo de Gobierno ya les ha entregado y que contiene otras posibilidades barajadas por el Consorcio para el futuro del aeropuerto de Villafría.
Ante la falta de mayoría absoluta, el Partido Popular se verá obligado a pactar con algunos de los representantes o bien del Ayuntamiento o bien de la Diputación Provincial, pero el alcalde tiene muy clara la postura con la que llegará a la asamblea del Consorcio convocada para el miércoles.
«Es una oportunidad histórica», subraya Javier Lacalle, «que es fruto de un trabajo realizado no solo durante este verano, sino desde hace más de un año». Está convencido de que la presencia de Ryanair apuntalaría durante años el futuro del aeropuerto «y no solo porque sería el único de la región con conexiones internacionales sino porque, algo que es más importante aún, captaríamos visitantes de fuera, y todo con precios asequibles como los que plantea esta empresa».
Lacalle define el millón de euros que recibiría la compañía irlandesa como «una inversión» de cuyo retorno para la ciudad está convencido y explica que sea justo ahora cuando llega el interés de Ryanair, en el momento en que Villafría está con el agua al cuello: «Se debe a que la empresa está poniendo en marcha un plan de expansión». ¿Y por qué Burgos y no Valladolid o Vitoria? «Porque con el trabajo que se ha desarrollado desde el Consorcio les hemos convencido de las posibilidades y el poder adquisitivo con el que cuenta la ciudad», añade el alcalde.
Advierte, en cualquier caso, que novias no le faltan al gigante del ‘low cost’. Hay otras ciudades esperando respuesta y si Burgos no decide nada antes de 10 días los irlandeses probablemente se fijarán en otro aeropuerto. La pelota está en el tejado de los representantes públicos.