Los mirandeses se hartan de esperar para trámites municipales

ARSENIO BESGA / Miranda
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Los ciudadanos denuncian que se les ignora cuando intentan pedir cita a través del teléfono o del correo electrónico

Muchos mirandeses acudieron al SAC sin cita ayer porque el sistema no permitía hacer reservas y esperaron durante más de tres horas su turno. - Foto: A.B.

Para apuntarse en el censo, solicitar el certificado de empadronamiento, pedir una licencia o, entre otras cosas,  pagar las tasas presencialmente, los mirandeses deben acudir al Servicio de Atención Ciudadana (SAC), algo que se ha convertido en una tarea muy tortuosa. En los últimos días los vecinos de este municipio que se han desplazado a la oficina situada en el Ayuntamiento han tenido que esperar incluso durante horas para gestionar sus trámites, algo que ha terminado hartándoles, según declaraban ellos mismos ayer.

Por ejemplo, Angie explicaba que necesitaba «el empadronamiento» pero cuando llamaba para pedir cita «no contestan al teléfono», por lo que se vio obligada a desplazarse hasta la oficina, donde permaneció tres horas. En ese tiempo, envió varios correos electrónicos que también fueron ignorados, algo que comenzó a desesperarla. Esa situación se repetía para la mayoría de los mirandeses que ayer estaban en el SAC, como Alejandro, un joven que había acudido «hace una semana» con reserva previa, aunque se marchó sin que le llegaran a atender tras noventa minutos de espera, y este martes reconocía que iba «sin cita, porque no se podía ni siquiera pedir, a algo tan sencillo como el padrón, pero es imposible entrar».

Este muchacho comentaba que «ni con cita previa ni sin ella» recibían un trato adecuado y se preguntaba si, tal vez, «es que el sistema es muy lento». Eso sí, Alejandro no dudaba en que, por un motivo u otro, «hay una falta de atención al ciudadano muy grande». Karen compartía ese enfado, puesto que, después de más de dos horas en la puerta del SAC, «nadie» salió para preguntarles o informarles «de qué ocurre». Según comentaba esta mirandesa a la que le urgía apuntar en el censo a sus hijos para poder escolarizarlos, su enfado crecía al ver que «encima se han ido dos de las trabajadoras que había y se ha quedado una sola persona».

Precisamente, la carencia de plantilla despertaba la mayoría de las críticas ayer. Incluso por parte de los ciudadanos a los que sí se les ayudó con sus trámites. Carlos, quien llegó a las 10 horas y se marchó a las 13.15 con sus gestiones completadas, reconocía que había «conseguido» que le atendieran, pero remarcaba que «esto no tiene calificativo, es incoherente, es irracional, no se puede ni sacar la cita». Él creía que «las trabajadoras no tienen la culpa», por lo que ponía el énfasis en los responsables municipales, ya que «aquí falta personal para poder atender a la gente lo más rápido posible».

El propio Carlos explicaba que ya había sentido esta impotencia antes, pues «es un problema que ocurre a diario». Bien lo sabía José Carlos, un joven que se acercó el lunes, esperó durante una hora y media, se fue y volvió ayer, cuando seguía «igual». Este mirandés no cejó en su intento de empadronarse, pero no todo el mundo tuvo la misma paciencia. Por ejemplo, Sara, quien tan solo quería «pedir una licencia de obra y pagar las tasas», aseguraba que no iba a «entrar en discusiones con nadie», aunque, después de tres horas aguardando su turno, avisaba de que pediría «la hoja de reclamaciones porque esto es algo vergonzoso».