Su creación debía dar forma a un eje vertebrador de la ciudad.Fue una apuesta vital desde un punto de vista urbanístico y social, por no hablar de las soluciones que debía ofrecer al transporte público y privado.La eliminación de las vías del tren hace 15 años se fundamentaba en la cicatrización del paso norte-sur y lo cierto es que aún está a tiempo de conseguirlo, pero de ser así será en un futuro a muy largo plazo.
El desarrollo soñado del Bulevar está lejos de alcanzar los hitos planteados en origen y ello tiene un impacto directo tanto en la creación de negocios de proximidad como en la adaptación del pequeño comercio a lo largo del corredor aún inconcluso. Además, la falta de dotaciones de ocio y la ausencia de otras infraestructuras que acompañen a las promociones de viviendas impulsadas por la iniciativa privada también condiciona el aumento de la actividad diaria.
Los antiguos edificios levantados en su día de espaldas a las vías del tren no resultan atractivos o no están adaptados a las necesidades de los profesionales. Así, los negocios en primera línea de Bulevar se salpican a lo largo del recorrido y en las calles perpendiculares a la arteria principal el comercio clásico de alimentación y equipamiento cede poco a poco el protagonismo a otras actividades relacionadas con el sector servicios.
Así, el perímetro que forma el entorno a ambos flancos de la avenida Valencia delCid desde Las Veguillas hasta el barrio de El Pilar ha perdido un 22% de los establecimientos abiertos en 2010, cuando entraron en servicio los primeros tramos del trazado.
El informe bianual de situación de la actividad comercial elaborado por la Federación de Empresarios de Comercio de Burgos y Giscom, junto a los datos históricos manejados por la propia FEC, reflejan que actualmente son 87 los locales con actividad comercial tradicional (alimentación, equipamiento de la persona y del hogar u otros servicios) por los 112 existentes a pie de calle en el comienzo de la pasada década.
Una tendencia que tiene su réplica en otras zonas de la ciudad, acompañada del crecimiento de otras actividades que minimizan este impacto negativo al pasar de los 187 registros contabilizados en 2010 a los 239 sumados en la actualidad, lo que supone un crecimiento de 28%.
Los servicios empresariales, los negocios dedicados a servicios estéticos o de salud -como los gimnasios- y aquellas iniciativas relacionadas con la hostelería toman la delantera en la creación de nuevos espacios, si bien la oferta supera con creces la demanda.
Actualmente hay 298 locales vacíos en todo el entorno de un total de 624 registros, lo que supone un 47% en una zona de la ciudad en plena expansión y destinada a ampliar la oferta de lonjas disponibles a medida que se desarrollen todas las iniciativas previstas o programadas sobre el papel a lo largo de los cinco kilómetros y medio en línea recta que separan el barrio de El Pilar con el final de la calle de SanPedroCardeña.
«El Bulevar sigue la línea de lo que pasa en otros puntos de la ciudad. Su comercio va más dirigido a los servicios básicos y a la hostelería porque no es una zona que invite al paseo comercial», resume ConsueloFontecha, presidenta de la FEC.«Una cosa es que pensemos en cómo se puede desarrollar esta gran avenida y otra lo que es en este momento. El Bulevar no genera tránsito y es un paseo más deportivo que comercial», aclara.
Generar atractivo. La falta de dotaciones también suma.Solo el Andén 56 ofrece una oferta sólida, mientras que la antigua estación de trenes no se ha convertido en un punto de reunión o de atracción de ocio. Por su parte, otras dotaciones como las naves de Renfe siguen a la espera de desbloquear su futuro y de encontrar una nueva actividad que resulte interesante.Todo, con los comerciantes poniendo el foco de atención en la falta de aparcamientos necesarios para acercar a los ciudadanos de otras zonas.
De esta forma, el impulso de las nuevas promociones sostiene el crecimiento del sector. «No tiene atractivos y con ello no se generan nuevos hábitos. Nunca se paseó por ahí porque no hubo posibilidad y después no se ha generado lo necesario», lamenta Fontecha, quien abre la posibilidad a que la llegada de cientos de vecinos a las futuras torres Duo yZenit cambie esta tendencia. «Entonces se puede hacer algo distinto porque existirá demanda y ello puede traer esos nuevos hábitos de consumo en el barrio», explica.