Hace ahora casi dos años, Argelia anunció la suspensión del tratado de amistad y la congelación de las relaciones comerciales con España una vez el Gobierno viró 180 grados su postura con respecto al Sáhara Occidental.
Hasta ese momento las compañías burgalesas enviaban cada año hasta la nación norteafricana mercancías valoradas en cerca de 10 millones de euros. A cierre de 2023, viendo los datos que ofrece mensualmente el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, fueron unos ridículos 14.420 euros, mientras que en el primer mes del presente ejercicio se han quedado en cero.
El Ejecutivo argelino levantó a principios de 2024 el veto a los productos avícolas y la carne roja españoles, aunque nada hace presagiar que se vaya a ampliar a más mercancías. De este modo, las múltiples compañías de la provincia que mantenían relaciones abiertas con firmas de la nación norteafricana o con el propio Gobierno han renunciado a continuar con este mercado y buscado nuevos clientes. Es el caso de Ubisa, la fábrica del polígono de Villalonquéjar que produce hilo de acero para reforzar la estructura de los neumáticos. El porcentaje del total de sus ventas que representaba esta nación, ya de por sí muy menor, se ha trasladado a otras una vez que el bloqueo comercial les ha impedido enviar producto desde junio de 2022.
En una situación idéntica se encuentra Kronospan, para la que Argelia suponía entre el 7% y el 10% de sus ingresos anuales. Con los canales bloqueados, han redirigido esos envíos a otros puntos. La galletera Florbú, que además de exportar también importaba azúcar, sigue sin enviar ni un euro de mercancía, idéntico panorama que viven en Ferroli o Skretting.
Viejo amigo. A lo largo del ejercicio 2021, según la base de datos de las Cámaras de Comercio, las empresas burgalesas exportaron productos por valor de 10,5 millones de euros al país norteafricano. En los dos ejercicios precedentes fueron 15,1 y 12,2 millones (cifras de 2019 y 2010 respectivamente) y en lo que va de año, con datos únicamente entre enero y marzo, ya se han vendido casi 473.000.
Se trata principalmente de máquinas, aparatos y material eléctrico, aunque también es notable el envío de manufacturas de fundición, de hierro o acero y de madera, carbón vegetal y manufacturas de madera.
Las relaciones comerciales ahora están rotas y, pese al recurso inicial de España a la Unión Europea para tratar de acabar rápidamente con el conflicto, nadie sabe cuándo podrán reconstituirse.