Si las gradas o las porterías de El Plantío hablasen, contarían historias de euforia desmedida y llanto desconsolado. Narrarían partidos vibrantes y también ladrillos infumables con el mercurio en negativo. Fardarían de haber visto a Juanito hacer diabluras por la banda o de cuando Manzanedo le paró un penalti a Johan Cruyff. Necesitarían un libro entero para enumerar la retahíla de estrellas que han pasado por ese verde: Diego Armando Maradona, Santillana, Michael Laudrup, Mario Kempes, el 'Txopo' Iríbar, Hugo Sánchez... Pero sobre todo hablarían de emociones: alegría, tristeza, euforia o decepción. Todo ese carrusel del sentimiento que solo es capaz de generar el fútbol y que ha ido pasando de generación en generación de burgaleses a lo largo de sus 60 años de vida.
El 13 de septiembre de 1964, hace hoy justo seis décadas, El Plantío celebró su primer encuentro ante la atenta mirada de miles de aficionados y la presencia de todo tipo de autoridades en las gradas. Nadie se lo quiso perder. La inauguración fue redonda porque el Burgos ganó 2-0 al Indauchu con goles de Pita y Matute. Ese día comenzó una historia de constante evolución tanto del estadio como de los equipos de la ciudad.
En sus inicios, El Plantío no tenía gradas en los fondos, tan solo la Tribuna y la General, pero con el paso de los años se fue modernizando y, aunque de manera muy paulatina, llegaron mejoras hasta convertirse en el complejo que es hoy. La última gran reforma llegó en los años previos a la pandemia con la rehabilitación de ambos fondos y la demolición de la lateral, que ahora están unidos por las esquinas (...).
(Más información e imágenes históricas de El Plantío en la edición impresa de Diario de Burgos de este viernes o aquí)