Las cifras sobre el coste de recuperar la línea del Directo que el martes esgrimió Óscar Puente en el Senado han causado no poca estupefacción a los expertos burgaleses en obras públicas. Por dos razones. La primera, porque el ministro de Transportes hizo públicos en el Senado unos números que «no están sostenidos en ningún informe oficial reciente, ya que el estudio de viabilidad recientemente adjudicado aún está en una fase temprana de redacción». Y, la segunda, porque el presupuesto del que habla el exalcalde de Valladolid -1.300 millones de euros- «es demasiado elevado y desproporcionado».
Sergio Ibáñez, profesor titular del área de Ingeniería del Terreno de la UBU y doctor e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, ha estudiado la viabilidad de esta línea férrea. Reconoce que no ha elaborado un anteproyecto con el que afinar una memoria de costes, pero se ha informado y asesorado y asegura que las cifras de las que habla Puente «están infladas». Los 800 millones que, según el ministro, habría que desembolsar para electrificar el trazado «es una cifra muy elevada».
En estos momentos, Adif está ejecutando esos mismos trabajos en la línea Medina del Campo-Fuentes de Oñoro y el coste por kilómetro «es inferior a 500.000 euros». Ibáñez recuerda que el trayecto Burgos-Madrid tiene 282 kilómetros, pero habría que electrificar 250, porque «entre Colmenar y la capital de España» el trazado ya está conectado a la corriente. De manera que la cuenta es sencilla: electrificar la línea 102 costaría «125 millones de euros, incluidas subestaciones, centros de transformación, etc.». El coste podría aumentar «si fuera necesario actuar en los túneles para adecuar los gálibos, lo que haría necesario bajar la cota de la plataforma para ganar altura». «Pero suponer que estas eventuales intervenciones elevarían el coste de la electrificación a 800 millones me parece desproporcionado», concluye Ibáñez.
Julio Moreno, director técnico del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Burgos, está de acuerdo con Ibáñez y advierte que al ministro «se le va la mano» con las cifras sobre la electrificación de la línea. «No sé quién le habrá aconsejado ni en qué informes se basa, pero no concuerdan con las que maneja Adif en la actualidad», afirma. Pero es que este ingeniero burgalés va más allá al asegurar que «en una primera fase no sería necesaria la electrificación, «porque los trenes que cubran ese trazado pueden ser perfectamente tirados por máquinas híbridas». De hecho, apunta, «ahora mismo los convoyes que descienden desde el País Vasco, «cuando llegan a Burgos bajan el pantógrafo, activan el generador de diésel y, con un consumo de 90 litros de gasóleo cada 100 kilómetros, completan el trayecto hasta Madrid sin problema».
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