96 vecinos pueden caerse del censo electoral de 10 pueblos

R.E. MAESTRO / Burgos
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Se trata de aquellos votantes que se empadronaron para acudir a la cita de mayo y el INE les descubrió. En Villagutiérrez ya ha habido 10 bajas y en Virtus otras 3

Imagen de la votación en los últimos comicios municipales. - Foto: Valdivielso

El censo electoral se impugnó en una decena de pueblos de la provincia de Burgos ante el aumento sospechoso de población y eso acabó afectando a un total de 96 electores, que finalmente no pudieron votar en el lugar donde deseaban para las elecciones municipales de mayo y tuvieron que hacerlo allí donde estaban censados previamente. Ahora la situación va más allá y todas esas personas se podrán caer del padrón. En el caso de Villagutiérrez ya ha habido diez bajas y en Virtus otras tres, pero se prevé que la inmensa mayoría de quienes forman parte de ese listado tampoco sean capaces de justificar su empadronamiento.

Más allá de las personas que ya se han eliminado del padrón municipal en Villagutiérrez (Estépar) y en Virtus (Valle de Valdebezana), que son los que ya tienen todo cerrado, ahora el resto de los Ayuntamientos deben adecuar los datos a la población que realmente tienen. Se deben elaborar los expedientes de baja de oficio para notificar a los diferentes interesados -con el fin de que, si lo desean, presenten toda la información correspondiente- y eso lleva un tiempo.

En esa situación de hacer los expedientes están Los Ausines, Cubillo del César (Los Ausines), Barrio de Díaz Ruiz (Los Barrios de Bureba), Quintanaurria (Carcedo de Bureba), Calzada de Bureba (Fuentebureba), Padrones de Bureba, Vileña y Escaño (Villarcayo).

La mayoría de esos municipios se enmarcan en las comarcas de Merindades y Bureba, y además en muchos de ellos este periódico publicó en la anterior legislatura quejas y problemas de los vecinos con su alcalde. Desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) se encargan de revisar que no haya irregularidades y todo esté justificado, porque en los pequeños pueblos cada voto que se mete en la urna puede resultar decisivo para elegir al futuro regidor. Hasta en 111 localidades saltaron las alarmas y eso suponía hasta 700 personas implicados, pero solo en una decena se presentaron impugnaciones por parte de los partidos políticos o las agrupaciones de electores.

Como explican desde el INE, para estar empadronado en un lugar se tiene que «vivir de forma habitual» allí, aunque se entiende que hay diversas razones para que la gente esté empadronada en su pueblo y por ello no pasa absolutamente nada. El problema surge cuando se detecta un aumento espectacular del censo, precisamente cuando se aproximan las elecciones, y no hay ninguna justificación para ello. En algunos casos resulta demasiado evidente la 'trampa', como así sucedió en Quintanaurria, donde tuvieron 14 altas cuando antes contaban con 14 vecinos. Su población se duplicó de repente. Y en el caso de Cubillo del César se pasó de los 17 a los 26 empadronados.

El derecho al sufragio está garantizado y por ello aquellas personas a las que no se permitió votar donde se empadronaron a última hora lo pudieron hacer en la localidad donde estaban previamente. Los casos de estos electores resultarían especiales y una vez que hayan sido dados de baja podrán volver a formar parte del censo del pueblo que quieren cuando su situación haya cambiado, lo que deberán justificar con la documentación pertinente al Ayuntamiento. El denominado Consejo de Empadronamiento, entidad formada por dos representantes del INE, dos de los ayuntamientos, uno de Subdelegación y otro de la Diputación, actuará como árbitro para comprobar si hay o no algún problema.