En la asociación Andando Burgos no terminan de ver con buenos ojos la posible peatonalización de la calle Santander. A juicio del colectivo, se trata de una «actuación singular que no obedece a una visión integral de la movilidad en la ciudad», por lo que entienden que se debería estudiar el proyecto con mayor detenimiento para conocer resolver algunos de los defectos que, a su juicio, tendría tal y como está planteado en un principio.
En primer lugar, opinan que la posible actuación en la calle Santander «no puede pensarse de forma aislada respecto a lo que sucede en la Plaza España y los sentidos de circulación que atraviesan los pasajes, ni a la calle San Lesmes, Gran Teatro y otras más». En este sentido, consideran que se debe resolver previamente el problema que surgiría con el sistema de transporte público urbano. «Un bloqueo norte-sur de las circulaciones puede requerir una reorganización importante de líneas (ubicación de paradas, tiempos de recorrido, etc.)». Además, puede incidir negativamente en la permeabilidad ciclista.
Además, opinan que puede perjudicar al espacio peatonal de Gran Teatro debido a los cambios de sentido que esta intervención probablemente exigiría. Asimismo, intensificarían el paso de tráfico por la calle San Lesmes y perjudicar al cruce peatonal de conexión entre la calle San Juan y la Plaza San Juan por estar sometido a mayor volumen de tráfico. «Una semaforización en dicho punto, sería del todo inaceptable por perjudicar a la permeabilidad peatonal que goza, hasta ahora, de prioridad», entienden.
Por todo ello, concluyen que, más allá de observar esa falta de visión global de la movilidad y la peatonalidad en la ciudad, son prioritarias otras actuaciones en la zona. «Puede que tenga más sentido una intervención blanda en el primer tramo de la calle Vitoria, entre San Lesmes y Plaza de Mío Cid. Por ejemplo, la eliminación del tercer carril por ampliación de la acera norte que, actualmente tiene una intensidad peatonal muy importante y sección escasa. Asimismo, una reurbanización de la Plaza de Mío Cid que, junto a restricciones de paso por la calle Santander (solo buses, taxis y bicicletas y a velocidad muy reducida), desahogaría a esta de su intensidad vehicular y mejoraría en gran medida la permeabilidad peatonal del entorno».