Atar la permanencia o agarrarse al play off

ROBERTO MENA
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Los objetivos de Mirandés y Burgos en el derbi son diferentes, aunque también el momento en el que llegan. Mientras los rojillos han acabado con su dinámica negativa con una victoria de prestigio, las dudas continúan sobrevolando a los blanquinegros

Imagen del partido que Mirandés y Burgos disputaron la pasada campaña en Anduva. - Foto: Valdivielso

Los tres puntos que el domingo habrá en juego en Anduva serán importantes para ambos contendientes. Mirandés y Burgos podrían dar un paso adelante hacia sus respectivos objetivos. Después de la victoria en Valencia, un nuevo triunfo dejaría prácticamente sellada la permanencia del Mirandés, que se iría hasta los 48 puntos. Parece complicado que Málaga o Ponferradina puedan llegar a esta cifra. 

Por su parte, el Burgos no quiere tirar la toalla en su lucha por el play off. Las sensaciones no son buenas y sus adversarios parecen estar un escalón por encima de los blanquinegros, pero conseguir los tres puntos en Miranda sería un golpe moral notable y además mantendría sus aspiraciones.

Los dos equipos tienen el punto de mira en distintas dianas, pero el duelo provincial no se quedará en lo emotivo, la rivalidad o las connotaciones que tienen todos los enfrentamientos con el vecino. El choque no tiene nada que ver con el de la pasada campaña, al que ambos contendientes llegaron con los deberes hechos. Este curso el encuentro tendrá consecuencias clasificatorias.

Distintos momentos. Si las metas son diferentes, el momento en el que llegan los dos conjuntos tampoco tiene mucho que ver. La victoria ante el Levante ha supuesto una inyección de moral para el conjunto de Miranda. Las sensaciones eran buenas, pero no llegaban los resultados. La victoria en el Ciutat de València ha disipado las dudas de los rojillos y les ha quitado un peso de encima.

Recuperaron su pegada y, en un partido en el que generaron menos ocasiones que en los dos anteriores, hicieron dos goles que les dieron los 3 puntos. Así las cosas, el vestuario rojillo llega con la moral por las nubes y con ganas de dar por cerrada su salvación y una alegría su parroquia.

La situación que atraviesa el Burgos es bien diferente. Después de una primera vuelta mostrando un gran nivel, su rendimiento ha disminuido con el paso de las jornadas. Viene de empatar contra la Ponferradina un partido que lo tuvo en sus manos y que estuvo muy cerca de perderlo.

El juego del equipo ha generado dudas en los últimos partidos en los que le ha faltado la contundencia que exhibía en la primera parte de la temporada y que le convirtió en una de las referencias de la categoría.

Solidez. Fue el santo y seña del Burgos CF en el primer tercio de la campaña, aunque ha ido perdiendo ese poder de contención con el avance de la temporada. Marcar un gol a los blanquinegros fue, hace un tiempo, una misión imposible, aunque en estos momentos se ha convertido en algo que está al alcance de muchos de los equipos que militan en la Segunda División.

El conjunto de Julián Calero ha perdido contundencia en su área y lo está pagando. Ha dado un paso adelante en tareas ofensivas y en estos momentos crea más ocasiones que en el inicio liguero, pero defensivamente no atraviesa por su mejor momento.

Esta situación puede ser peligrosa cuando enfrente estará un Mirandés con mucha pólvora y que recuperó su efectividad ante el Levante. No obstante, también los rojillos tienen uno de sus debes en su propia área y es que en los 36 partidos que han jugado han encajado 45 goles.