El Ayuntamiento de Aranda de Duero empieza ahora a preocuparse de su patrimonio religioso popular, a pesar de que hace años que desde el Arzobispado de Burgos se venían realizando movimientos para constar oficialmente como propietario de edificios como las ermitas de algunas de las localidades de la provincia. Los ediles de Izquierda Unida en el Consistorio arandino ya lanzaron las voz de alarma sobre la incertidumbre en este tipo de propiedades hace más de dos años y medio, haciendo bueno el dicho popular que dice que «cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar».
En el intervalo temporal entre este aviso desde las filas de IU y la actualidad, el Ayuntamiento de la capital ribereña se ha encontrado con que dos ermitas, la de San Isidro y la de San Antón, ya están inscritas a nombre de sendas parroquias arandinas, la primera para la de San Juan de la Vera Cruz y la segunda para la de Santa María, a lo que hay que sumar que la ermita de San Pedro también consta como propiedad eclesiástica. En cuanto al santuario de la patrona, la Virgen de las Viñas, el Registro de la Propiedad ha expresado sus dudas sobre la titularidad del edificio que está intentando resolver la Administración local.
Con este panorama, el equipo de gobierno ha dado ya un paso para recuperar la propiedad de estos edificios y no le ha quedado más remedio que acudir a la vía judicial. «Respecto de la ermita de San Isidro, ya se ha planteado la demanda ante el juzgado de lo civil contra la parroquia de San Juan de la Vera Cruz», comenta la alcaldesa arandina, Raquel González, mientras que «respecto de la ermita de San Antón, recibí por parte de la Cofradía de San Antón un certificado registral como que había sido inscrita en el mes de agosto y se ha dado traslado al Letrado Mayor para que inicie las acciones judiciales correspondientes».
El caso de esta última ermita va más allá, porque en el Registro de la Propiedad, la parroquia de Santa María no solo se ha inscrito el edificio. «Acabamos de recibir la nota simple registral y esta vez ya se han columpiado de manera increíble porque no solo se han registrado la ermita sino también el terreno. El parque público de San Antón ahora mismo pertenece a la iglesia católica, con bancos, columpios y demás», denuncia Julio Pinillos, concejal de Izquierda Unida. Una parcela que tiene más de dos mil metros cuadrados de extensión y que cuenta con mobiliario urbano, iluminación pública y zonas verdes, de cuyo cuidado y mantenimiento se encarga el Ayuntamiento arandino, o las empresas subcontratadas para estos fines,. «¿Qué vamos a tener que hacer, pasarle la factura de mantenimiento de toda esta zona al Arzobispado ya que se lo han inscrito a su nombre»», plantea el concejal de Izquierda Unida.