En busca del origen del Geoparque

I.P. / Villadiego
-

Investigadores del CENIEH estudian los procesos erosivos de Las Loras que conformaron ese peculiar paisaje protegido por la Unesco. Peña Amaya es la formación más antigua, hace 40 millones de años

Alfonso Benito (i) y Adrián Martínez caminan por la llanura de Peña Ulaña, a unos 1.170 metros de altitud. - Foto: Luis López Araico

Sopla el viento en la mítica Peña Ulaña. Es un día de abril y el ascenso lo hacemos con sol, pero es llegar al alto de la planicie y meternos en una espesa niebla que apenas dejar divisar la superficie de esta amplia meseta que se extiende ante nuestros ojos en varios kilómetros de recorrido. 

Peña Ulaña forma parte, junto a Monte Bernorio, Lora de Valdivia, La Lora, Lora Grande, Lorilla y La Rasa de una de las siete planicies que conforman el Geoparque de Las Loras. Está a una altura de unos 1.170 metros y su formación puede rondar los 30 millones de años; no serían las formaciones más antiguas, ni las más jóvenes, ya que el periodo de formación más antiguo se podrían remontar hasta los 60 millones de años.

Para determinar más concretamente no solo esa época de Peña Ulaña, sino determinar los procesos erosivos que conformaron esta y las otras seis llanuras, Galletas Gullón y la Asociación Reserva Geológica de las Loras (Argeol), han convocado por segundo año consecutivo una beca de investigación a la que se ha hecho acreedor un equipo del Centro Nacional de la Evolución Humana, CENIEH, que ha trabajado desde hace semanas sobre el terreno, y sigue con sus investigaciones. A la convocatoria se presentaron otros tres proyectos científicos de diversas universidades y centros de investigación.

Alfonso Benito muestra las formaciones calizas que conforman el altiplano de Peña Ulaña.Alfonso Benito muestra las formaciones calizas que conforman el altiplano de Peña Ulaña. - Foto: Luis López Araico

Alfonso Benito, geólogo especialista en estudios geomorfológicos de análisis de la evolución del paisaje, está al frente del equipo de investigación del CENIEH, completado por Davinia Moreno, también geóloga e investigadora postdoctoral del Centro Nacional ubicado en Burgos, y responsable de la línea de investigación en datación por resonancia paramagnética, electrónica, y el joven topógrafo Adrián Martínez.

Benito explica que es mucha la información que ya se tiene de Las Loras; se sabe que son mesas formadas sobre los materiales mesozoicos plegados y elevados durante la orogenia alpina que posteriormente fueron disertadas y aisladas por la excavación de los valles durante el periodo Cuaternario. 

El estudio geomorfológico becado es más minucioso y permitirá aportar información clave para reconstruir la evolución de ese paisaje y crear nuevos puntos de interés geológico que expliquen y difundan el significado del Geoparque como una unidad morfológica. Alfonso Benito manifiesta que la metodología con la que están trabajando se basa en análisis cartográficos y en un reconocimiento del terreno utilizando topografía terrestre y aérea, además de contar con el apoyo de drones y la elaboración de modelos 3D del terreno, lo que permitirá identificar los puntos geomorfológicos más representativos para la creación de Las Loras.

El equipo investigador destaca que para ellos es fundamental conocer por qué la parte alta de Las Loras es una planicie, es decir, una llanura, y explica que «es un proceso que se ha ido produciendo en épocas muy antiguas, cuando toda la estructura geológica fue arrasada»; Benito que añade que todo se debe a procesos de erosión que, además, son cíclicos. En su inicio, añade, todo era una gran y extensa llanera.

De ahí que el objetivo de la investigación se centra en saber cuántos ciclos han sido necesarios hasta llegar a las formaciones actuales y en qué épocas se han ido produciendo para finalmente poder reconstruir cómo ha evolucionado todo ese relieve desde el momento más antiguo hasta el más reciente.

Tras semanas de trabajo, el equipo tiene reconocidas cuatro llanuras, producidas en el Neógeno (un periodo de enfriamiento progresivo) y otras cuatro más antiguas aún, en el Paleógeno (en ambas ya no existían los dinosaurios), datándose la más antigua de esas planicies en torno a los 40 o 50 millones de años y la menos, en 3 millones. 

En este sentido, Alfonso Benito explica que la llanura más antigua sería Peña Amaya, con unos 40 millones y Albacastro, mientras que Peña Ulaña, La Rasa o Monte Bernorio tendrían 10 millones de años menos, añade Benito, que incide en que en estas últimas no está determinado aún con exactitud.

Otras conocidas cimas serían la Mesa de Urbel, -al lado de Urbel del Castillo- o Las Tuerces de unos 10 millones de años, mientras que las   más recientes, de 'apenas' unos 3 millones de años serían las formaciones de Valle de Valdelucio, Páramos de Huérmces y Hornazuela.

Una vez finalizado el estudio, se difundirá para acercarlo, tanto a la población del entorno como a los turistas, ya que se pretende que el conocimiento del paisaje sea un atractivo más para ponerlo en valor y preservar ese entorno natural.