Briviesca sigue creciendo y bate récord de nacionalidades

S.F.L. / Briviesca
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El asequible precio de la vivienda, la reapertura de comercios, los servicios existentes y la ubicación de la ciudad atraen a familias con niños pequeños. Ahora conviven personas procedentes de 49 países

Ibai, Tetiana, Enrique y Tatiana, familia procedente de Pamplona y Ucrania, hace unos días en la Plaza Mayor de Briviesca. - Foto: Luis López Araico

Briviesca es convivencia. La ciudad resurge de las cenizas como el ave Fénix después de sobrevivir a dos importantes crisis económicas -la del ladrillo y la pandemia- y se desliga por tercer año consecutivo de la temida despoblación que sacude a los pueblos de alrededor. Las cifras hablan por sí solas y en 2024 -desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre- la población alcanzó las 6.761 personas empadronadas, 184 más que en la misma fecha de 2023, y el número de nacionalidades que conviven creció hasta las 49, 7 más en apenas doce meses.

A pesar de la buena tendencia de los últimos tiempos los datos todavía quedan lejos de superar a los de 2008, los mejores registrados en el siglo actual. Por aquel entonces, en la ciudad residían casi 8.000 habitantes -7.940 según los datos del Instituto Nacional de Estadística- procedentes de 44 países y el porcentaje de inmigrantes sobre la población rondó el 25%, mientras que actualmente supera por décimas el 19%. La mayoría de los briviescanos achaca a la «crisis inmobiliaria» que estalló hace 16 años el inicio de un proceso de emigración que todavía es palpable y que golpeó con especial virulencia hasta 2022. No obstante, el bajo coste de la vivienda -tanto la compra como el alquiler- la puesta en marcha de algunos servicios, la reapertura de comercios y locales de hostelería y la ubicación privilegiada del municipio ha llamado la atención de familias con niños pequeños.

La gratuidad de la Educación Infantil impartida en los dos colegios -Juan Abascal y Mencía de Velasco-  y la cantidad de actividades extraescolares existentes (deportivas, culturales, creativas...) resultaron claves para que Ibai y Tetiana apostaran por establecerse en la capital burebana. Ella ucraniana y él pamplonés, buscaron hace apenas un año y medio un cambio de vida radical y establecerse en Briviesca. Tanto ellos como sus hijos, Tatiana (13 años) y Enrique (8) disfrutan de la «libertad» que ofrece vivir en la localidad y de la «cantidad de posibilidades de ocio que hay». Al igual que ellos, Irene natural de Talavera de la Reina- y Adrián -briviescano- decidieron cambiar la ajetreada vida en Madrid y regresar al lugar en el que se crio el joven. No viajaron solos. La pequeña Emma comenzó el curso escolar en el centro bilingüe y en pocos días llegará al mundo Lucía.

Las buenas relaciones entre los vecinos se forman desde niños y el Mencía de Velasco así lo confirma. Actualmente hay matriculados 221 alumnos de 16 nacionalidades diferentes, 10 más que hace un lustro, una cifra opuesta a la homogeneidad de antaño. La interculturalidad se ha convertido en la mayor seña de identidad del colegio y el 35% de las matrículas pertenecen a jovencitos con orígenes extranjeros. La buena sintonía entre los estudiantes y familiares deja claro que la mezcla de tradiciones en un plano de igualdad en el que ninguna se considera mejor que las demás ayuda a enriquecerse.

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