Ha llegado a Albillos con ganas de trabajar y de demostrar todo lo que sabe de hostelería. Y con la ilusión que cuenta Lucía Aparicio todo lo que hace, queda claro que le apasiona su profesión. Ha organizado una multitud de fiestas y reconoce que no entiende una barra sin múltiples pinchos, por lo que ha conseguido animar a todo el vecindario y se muestra muy contenta de la respuesta.
En este municipio del Alfoz de Burgos no encontraban a nadie para gestionar su taberna y la licitación quedó desierta, por lo que la alcaldesa invitó a Lucía a llevar a las riendas del negocio durante los meses de verano para prestar este servicio esencial a la población. "Soy encargada del Bar San Lesmes, en Burgos, y la alcaldesa me dijo de coger este durante agosto y septiembre para no dejar sin nada a los vecinos. Me encantan los jaleos", comenta la joven. Ella reside en Villariezo y ya conocía a mucha gente de la zona, por lo que le ha resultado más fácil. "Es otro ambiente y otro rollo diferente a Burgos, hasta los camareros quieren venir al pueblo porque se lo pasan bien", dice.
"No tiene nada que ver el ambiente de la gente de Burgos con lo de aquí", afirma Lucía, que se muestra encantada con ese trato tan cercano que ofrece el medio rural. "Todo queda en casa, como se suele decir", menciona. Tiene contratado a un chico para este bar y también suele llevar a otros camareros procedentes de su negocio en la capital. "A la gente le encanta, me dicen que cada día les traigo a uno distinto", comenta.
Las celebraciones temáticas se han multiplicado y eso ha permitido dinamizar el día a día, logrando así multiplicar la clientela. Fiestas andaluzas con rebujitos y brochetas de gambas al ajillo, gallegas con albariño y empanadas, de la cerveza con pintas y tortillas de patatas de muchos sabores, del cubata, del cachi... No han faltado iniciativas durante la época estival para meterse a los vecinos en el bolsillo. "Yo pensaba que iba a involucrarse menos la gente, pero la verdad es que estoy muy contenta", asegura. Durante la semana cultural y las fiestas es el momento donde más gente recibe el pueblo, por lo que también supone una ocasión fantástica para conseguir llenar tanto las mesas del interior del bar como la terraza.
Es otro rollo diferente a Burgos. Hasta los camareros quieren venir al pasárselo bien"
Sí se ha llegado a plantear coger el establecimiento de cara al futuro, ya que considera que puede funcionar durante todo el año. "Se volverá a sacar a licitación y si nadie lo coge la alcaldesa sabe que puede seguir contando conmigo en fechas especiales como Navidad, Semana Santa o el verano", dice Lucía, que confía en que el Ayuntamiento pueda encontrar a alguien que pueda abrir esta taberna durante todos los días. "Tenemos que dar servicio al pueblo... es verdad que en verano se ve mucho movimiento aquí", explica.
El hecho de que pueblos cercanos como Cayuela o Villamiel de Muñó no tengan taberna hace que también sus vecinos se desplacen a Albillos. Además, ofrecen carta para comer y diversas tapas a la hora del vermú. "Estoy acostumbrada en el San Lesmes a tener 33 tipos de pinchos, entonces es algo que para mí no puede faltar en un bar y están muy contentos con eso", explica. Queda claro que para triunfar en un bar de pueblo hay que innovar y ofrecer también una propuesta gastronómica interesante.
La confianza con los vecinos
Esos lazos que se establecen en el bar del pueblo resultan interesantes y en muchos casos animar a ir a trabajar más contento. Lucía reconoce que se siente muy querida por todos los vecinos de Albillos. "A veces no me da tiempo a pasar por casa a cambiarme y me dice Narciso 'pero qué pintas me traes'", comenta. Se lo pasa muy bien y esa confianza se nota. "Y algún camarero que tengo con nombre raro pues se inventa su nombre", dice sobre este cliente, al que le ha cogido gran cariño. Reconoce que ese sentido del humor no está tan presente en la capital...