Las mujeres jóvenes, a favor de prohibir la prostitución

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La religiosidad ya no es una variable significativa que determine el apoyo o el rechazo a esta práctica, según el trabajo de un grupo de investigadores de Ciencia Política de la UBU

Imagen de archivo de una exposición contra la prostitución y la trata en la Universidad de Burgos. - Foto: Luis López Araico

«Actividad de quien mantiene relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero» es la escueta definición que la Real Academia de la Lengua hace de la palabra prostitución aunque es una realidad constatable que en ese 'quien' la inmensa mayoría son mujeres. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) calcula que en España ejercen la prostitución un número cercano a las 350.000 y se estima que en el país hay el mayor número de puteros de Europa y que es el principal destino de las víctimas de trata para explotación sexual. De todas estas mujeres, el 80% son extranjeras en situación de migración irregular provenientes, mayoritariamente de Brasil, Colombia, Nigeria, Rumania, Rusia y Ucrania. 

Frente a esta situación, durante esta legislatura se está intentando dar un primer paso para castigar penalmente a los proxenetas, a los prostituidores y a los dueños de los locales donde se ejercen estas transacciones económicas (la denominada tercería locativa, despenalizada en 1995), porque la prostitución en sí ni está penada ni autorizada, sino que existe en un limbo legislativo mientras que quienes hacen negocio con ella o la perpetúan con su consumo no están sometidos a ninguna persecución. El arranque fue una proposición de ley que el PSOE presentó en junio de 2022 y que fue apoyada por el PP y por Unidas Podemos aunque dentro de este partido hay posturas muy desiguales; en contra votaron ERC y la CUP y se abstuvieron EH Bildu, PNV y Vox. Más recientemente, en el mes de febrero pasado, PSOE, Vox y PP votaron en contra de crear una subcomisión para estudiar la situación de la prostitución en España. 

Con este debate de fondo, un grupo de investigadores de la Universidad de Burgos formado por Marta Méndez-Juez, Sandra García-Santamaría y Sergio Pérez-Castaños acaba de publicar el artículo La prostitución a debate en España: Percepciones de la ciudadanía sobre su prohibición en la revista científica Sexuality Research and Social Policy, un trabajo en el que se propusieron evaluar las características de las personas que están a favor de prohibir la prostitución, y más en concreto, si hay diferencias entre hombres y mujeres. 

Algunas de las principales conclusiones a las que han llegado, después de corroborar otras investigaciones ya realizadas con los datos obtenidos en el marco del grupo de investigación de Política Comparada de la UBU, del que forman parte junto con otros profesores del Área de Ciencia Política y de la Administración, apuntan a que las mujeres jóvenes y procedentes de entornos urbanos son el grupo social más a favor de la prohibición de esta práctica y que la religiosidad ya no es un factor que determine el apoyo o el rechazo a mantener relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero, algo que parece muy vinculado a la cada vez mayor secularización de la sociedad. Tampoco la posición socioeconómica revela diferencias. 

Han encontrado, además, que existe un gran apoyo general de la prohibición de la prostitución, ya que casi el 83 % de las personas están a favor de esta medida: «Al mostrar los datos segmentados por sexo, podemos ver cómo las mujeres son más proclives a apoyar la prohibición que los hombres, ya que hay una diferencia de 20 puntos entre ellos, 91,3% de mujeres vs. 71,3% de hombres».

«El debate sobre la prostitución es un dilema dentro del movimiento feminista -prosiguen las investigadoras- y que recurrentemente se traslada al ámbito social y político en España, pero sin llegar a una posición clara y compartida. La prostitución y sus implicaciones genera diversas posiciones públicas sobre su existencia y práctica aunque su prohibición está siendo una prioridad en la agenda pública española en los últimos meses». 

Así, existen las posiciones abolicionistas que consideran que la prostitución no es ni sexo ni trabajo sino violencia sexual y cuyos ejes son cuatro: ofrecer salidas a las mujeres, perseguir al proxeneta, sancionar al putero y concienciar a la población. En el otro extremo, el regulacionismo entiende que hay mujeres que la ejercen por voluntad y que debería ser considerada como un trabajo más incluso con sus sindicatos, que en la actualidad, están prohibidos. 

En cuanto al voto de las personas y su posición al respecto a la prostitución, los resultados encontrados son que las personas que más a favor de su prohibición están son las que apoyan al PP y al PSOE mientras que los cercanos a Vox estarían en contra. Con respecto a los seguidores de Unidas Podemos, se podría decir de forma coloquial que «se ponen de perfil» puesto que cuando se les pide que valoren de 0 a 10 la idea de prohibir esta práctica, un 60% se colocan entre el 4 y el 6.