El fuego en el jardín de la entrada, la televisión encendida y sin señal en la primera habitación, las telas de araña colgando de las paredes, los cuadros terroríficos, las tumbas con gente 'despertando', los esqueletos en los sofás y los fantasmas saliendo de las puertas. No le faltaba detalle a la auténtica casa de los horrores que montaron unos vecinos de Sasamón, con doble piso incluido y todos los vecinos del pueblo recorriendo sus pasillos. Algunos niños tuvieron que coger de la mano a sus padres, pero todos pasaron esta prueba para celebrar Halloween a lo grande.
Tampoco se quedó demasiado lejos Sasamón de conseguir esas escenas de miedo que suelen ser tan habituales en las películas con un 'cuartel del terror' que dejó impresionados hasta a los mayores. «¡Qué trabajazo lleva esto!», «¡cómo se lo han currado!» o «¡menudo montaje!», eran algunas de las exclamaciones de aquellos que se atrevieron a recorrer esta vivienda deshabitada y que se alzaba como un marco inmejorable para esta época. Decenas de vecinos se animaron a llevar a cabo la ruta, aunque el pánico acompañados resultaba mucho menos pánico.
La pequeña Emma reconocía que no le dio demasiado miedo la casa terrorífica y comentaba que le había encantado que se hiciese una cosa tan grande en el pueblo. Su madre, Silvia, mencionaba que nunca se había hecho una cosa así y cree que es una oportunidad para demostrar que cada año se pueden impulsar más iniciativas de este tipo. «Al final supone la unión del pueblo, como una fiesta más», explicaba. Recuerda que el año pasado se hizo en un pequeño corral y gustó tanto que este año se ha ampliado a toda la casa. «Esta iniciativa seguro que hace que el año que viene haya más casas», dijo.
El truco o trato inundará estos días toda la provincia burgalesa y en esta localidad de Odra-Pisuerga los pequeños no dudaron en ir casa por casa en busca de un puñado de dulces. Algunos vecinos se lo curraron decorando sus entradas y, por ejemplo, María preparó su propia Casa de los Susurros. Eso sí, los chavales acabaron con sus bolsas y calabazas llenas de golosinas.
La Plaza Mayor lucía decorada con brujas a tamaño real alrededor de la fuente, fotos de esqueletos y murciélagos por la fachada del ayuntamiento y unas tumbas artesanales fabricadas con madera que ambientaban una noche en la que tampoco faltaba la música. Hacía buena temperatura, pero una rica merienda con chocolate o queimada siempre apetece. No faltaron postres de lo más ingeniosos que pequeños como Sebastián, Sara, Olivia, Daniel o Rubén disfrutaron de lo lindo. Montse, Nuria y Marian, de la asociación cultural y deportiva Segisama, destacaban la implicación del vecindario para poder desarrollar la jornada y el hecho de que este año se hayan sumado nuevas iniciativas.