El nuevo trazado de la A-1 con las obras de renovación de la vía queda demasiado cerca de las primeras casas de Cogollos, la localidad situada en kilómetro 221, con lo que el ruido de los coches podría causar serias molestias a los vecinos del pueblo, sobre todo a aquellos que viven al lado de la autovía. Por ello, el alcalde, Óscar Marijuán, se ha dirigido a los responsables de las obras y al Ministerio de Fomento para solicitar la colocación de pantallas acústicas que protejan del ruido a los habitantes del municipio. Según indicó a este periódico, la contestación ha sido positiva.
Estas barreras de sonido son dispositivos fabricados generalmente con material plástico tranparente que se elevan en las márgenes de las carreteras sobre una altura aproximada de tres metros. Su presencia contribuye a reducir el impacto del ruido sobre las personas que habitan en las inmediaciones de estas vías.
Asimismo, el regidor municipal de esta población ha logrado que la adjudicataria de los trabajos, Sacyr, ejecute una obra de reforma bajo el paso subterráneo de acceso al pueblo, que ha experimentado una modificación en su diseño con la remodelación de este trayecto de la autovía. En concreto, creará un pequeño canal hormigonado que encauce las aguas que proceden del río Cogollos y que, en las temporadas de lluvias y deshielo, pueden crear grandes avenidas que van a parar a las primeras casas del pueblo.
«Esta obra es importante, porque hay temporadas del año en que el Cogollos -a pesar de que es un arroyo- se desborda y sus aguas, si no son canalizadas, puede acabar en las casas», indica Marijuán.
El alcalde sale al paso de algunas críticas que han surgido en el pueblo sobre la excesiva cercanía de la A-1 al casco urbano con el nuevo trazado. Y se defiende recordando que hace dos años el proyecto de reforma estuvo en el Ayuntamiento del pueblo para ser consultado por todos sus habitantes. Y que él mismo se encargó de explicarlo a quien tuvo interés. «Cualquiera pudo presentar alegaciones y nadie lo hizo», señala. En su opinión, el pueblo no queda estrangulado por la vía y advierte de que las pantallas acústicas son un buen recurso, instalado en muchas otras partes de España.