La historia moderna del Burgos CF es la de un club que ha sufrido constantes subidas y bajadas y que siempre ha visto ligado su destino a las fases de ascenso. Algunas son imborrables para muchos aficionados.

El Burgos CF, refundado en 1994 no perdió tiempo ni oportunidades y, tras empezar en la categoría más baja del fútbol castellano-leonés, encadenó dos ascensos que lo llevaron a la Tercera División con Félix Arnaiz Lucas en el banquillo. Sin embargo, en la 1996/97, se confía en José Luis Martínez Lobato. En la campaña que supone el estreno en la categoría nacional desde la refundación, la afición no recibió de buen grado la sustitución del técnico, aunque los posteriores resultados, que restituyeron a la entidad blanquinegra el cartel de máximo exponente del fútbol burgalés, devolvieron la ilusión: en junio de 1997 el Burgos CF ascendió a Segunda División B en Villaviciosa, feudo del Lealtad, lo que supuso el tercer salto de categoría seguido.

La primera aventura blanquinegra en la Segunda División B, con Blas Ziarreta en el banquillo, estaba destinada al fracaso hasta que la vuelta de Lucas devolvió el espíritu a un equipo que se salvó milagrosamente. Sin embargo, la directiva volvió a optar por otro entrenador al comienzo de la 1998/99 que solo duraría nueve partidos. El mal comienzo dio una nueva oportunidad a Lucas. Sustituyó a Vicente González Villamil y dejó al equipo cuarto, aunque en la fase de ascenso a Segunda División (en formato liguilla) ante Melilla, Elche y Universidad de Las Palmas no tuvo éxito y fueron los ilicitanos los ascendidos. En la tercera campaña en la categoría surgió la figura de Roberto Peragón, quien se convirtió en el ídolo de la afición local en un año en el que, pese a las dificultades iniciales, se alcanzó la fase de ascenso, aunque  no se pudo lograr el objetivo en los duelos finales ante el Granada, el Real Murcia y el Mensajero insular...

(Más información, todas las fases de ascenso y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)