«En busca del Unicornio rompe los tópicos medievales»

M.G.Z.
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El libro de mi vida (4): Fabiola Monzón, arqueóloga | Humor, drama y fantasía: los elementos protagonistas de la obra ganadora del Premio Planeta en 1987

Fabiola Monzón disfruta de un momento de lectura. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La propuesta lectora de hoy corre a cargo de la arqueóloga Fabiola Monzón, quien considera la lectura como un momento de tranquilidad. «Por el trabajo necesito leer muchas cosas, pero también necesito leer otras cosas que me evadan. Necesito unos tiempos de relax en los que no piense más que en el libro, en esa historia», indica. Asimismo, destaca el género de la novela histórica como uno de sus favoritos, ya que le permite evadirse del momento actual para descubrir y adentrarse en otras épocas. «Cuando elijo una novela no elijo algo que me haga pensar otra vez, sino algo más ligero que me transporte a otra época, que me centre en ese momento y que me pueda meter dentro de los personajes del episodio y no pensar demasiado», señala. De esta forma, En busca del Unicornio (1987), de Juan Eslava Galán, se convierte en la obra seleccionada por la burgalesa. «Es un libro que me enganchó y siempre le tengo un cierto recuerdo especial», comenta Monzón. 

Las principales razones por las que la arqueóloga se embarcó en su lectura fueron el descubrimiento del libro al proclamarse ganador del Premio Planeta en 1987 y su simpatía con las cuestiones abordadas en el transcurso de las páginas. «La mitología, los unicornios y la Edad Media son temas que me gustan mucho», puntualiza. Así pues, la novela de aventuras ambientada a finales del siglo XV narra las peripecias de un personaje ficticio, Juan de Olid, quien emprende un viaje en busca del cuerno de un unicornio para tratar de solucionar los problemas de virilidad del rey Enrique IV de Castilla, apodado ‘el impotente’. «Me pareció una historia muy atractiva, ingeniosa y divertida que rompe los tópicos medievales», sintetiza la burgalesa. A grandes rasgos, los pilares de la narración de la pieza se sustentan en la combinación de tintes humorísticos, fantásticos y dramáticos que dotan a la lectura de cierto grado de dinamismo y agilidad estilística. «Es una historia divertida, me hizo reír mucho, que te envuelve en ese momento histórico. Me parece una novela fácil de leer, pequeña y corta», añade Monzón.

Por otro lado, dejando a un lado la comicidad de la historia, otro de sus rasgos protagonistas es que la trama se caracteriza por guardar gran fidelidad en la representación y ambientación histórica a la vez que se sirve de un lenguaje y expresiones propias de la época: «Es una novela histórica que me metió mucho en el momento y la forma en la que está contada emula el lenguaje medieval. Es una historia divertida con esa pincelada histórica», destaca. 

En definitiva, la obra de Eslava Galán consiguió mantener la atención y expectación de la arqueóloga desde la primera página hasta la última. «El final me pareció súper divertido, no me lo esperaba. Qué ingenua, ¡no se me habría ocurrido!», comenta emocionada.

Así pues, la ingeniosidad, simpatía y ambientación histórica de la composición suponen tres de los principales rasgos del relato que llevan a la licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Burgos a recomendar su lectura entre las personas de su círculo más cercano para, posteriormente, crear un foro de debate. «Recuerdo muchas conversaciones con amigos sobre este libro, porque es un libro que te gusta o que no te gusta», concluye la burgalesa.