El cambio de responsable en la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Miranda desde el inicio del actual mandato ha traído consigo muchas variaciones.Entre ellas se encuentra la limpieza de grafitis, un trabajo que estaba incluido en el contrato que tiene la administración municipal con la empresa concesionaria, pero que brillaba por su ausencia. Hasta la primera semana de febrero de este año, cuando la edil, María Cueva, ordenó a la compañía cumplir con esa actividad y, desde entonces, ya se han eliminado casi ochenta pintadas de espacios públicos.
Esta cifra supone que, de manera aproximada, se está borrando una decena de grafitis ilegales cada semana en propiedades del Consistorio. Y las labores van a continuar con el mismo ritmo. Así lo adelanta la concejala de IU-Podemos. Según explica, el contrato firmado entre el Ayuntamiento y la empresa de limpieza establece un límite de gasto anual, sin embargo, «de momento se puede seguir, porque el dinero que no se haya gastado en años anteriores se acumula y eso implica que todavía hay margen para utilizar esa partida económica».
La concejala apunta que, hasta el momento, los trabajos se realizaban «a demanda». Es decir, el propio Ayuntamiento debía identificar dónde estaban las pintadas o tenía que recibir el aviso de algún ciudadano para trasladarle la solicitud a la compañía de limpieza. Ahora el procedimiento ha cambiado. Cueva relata que en las últimas semanas dio «instrucciones de que el personal de calle, cada vez que viera grafitis en mobiliario urbano o sitios municipales, lo notificara para eliminarlos directamente».
Estas labores ya han permitido actuar en zonas muy céntricas, como la fachada de la Torre de Miranda, pero también en puntos tan diversos como papeleras de la calle Ronda del Ferrocarril, el suelo de la República Argentina o en la periferia. Precisamente, entre esas últimas intervenciones se ha incluido la restauración del maltrecho mirador de la Picota, entre otras.
También existen elementos en los que resulta mucho más difícil borrar las pintadas ilegales. La concejala de IU-Podemos describe que «hay sitios concretos donde no se pueden limpiar, como los bancos, porque los trabajos necesarios harían que la pintura del propio banco se descascarille y se tendría que lijar por completo para volverlo a pintar, lo que supone una gran inversión». A este tipo de casos se suma un punto donde es prácticamente imposible actuar: el CentroCívico Raimundo Porres. Así se lo ha transmitido el Consistorio al Procurador del Común en una respuesta a la orden que este le envió para que adecentara las paredes de la ciudad. La edil le ha transmitido a la institución autonómica que en ese edificio municipal en torno al 98% de los grafitis no se pueden borrar por el material con el que se construyeron sus paredes.
En cualquier caso, Cueva reconoce estar satisfecha con el desarrollo de esta campaña y cree que «la empresa de limpieza está demostrando un cambio», Por este motivo apunta que, «aunque aún tenga sus cosas», valora «mucho el esfuerzo que está haciendo».