Una de las cosas que más alegran al actor David Santamaría es cruzarse con un adolescente y que no solo reconozca en su rostro a Borjarabe, sino que le diga que su actuación junto a otros payasos es casi lo único que recuerda de los días de su infancia en los que tuvo que estar hospitalizado. Pero aquello se acabó: la asociación que prestaba este servicio, Terapiclowns, se disolvió en enero de 2023 y el HUBU se quedó sin payasos. Aunque, quizá, no por mucho tiempo más.
«Formé parte de Terapiclowns y he trabajado 13 años como payaso, así que en noviembre creé otra asociación: Payasos de hospital de Burgos», cuenta Santamaría, que el pasado martes presentó su nuevo proyecto en la sesión clínica del HUBU. Las sensaciones son buenas -«tenemos el beneplácito del complejo asistencial», dice-, pero la traba para que vuelva a recorrer los pasillos de Pediatría caracterizado sigue siendo la financiación. «Somos payasos profesionales, que tenemos que estar dados de alta en la Seguridad Social, con contrato y retribución», explica, destacando que una vez que el proyecto se ha presentado, empieza la búsqueda de fondos en el sector privado.
Para que dos payasos -«siempre vamos en pareja»- puedan alegrar dos mañanas a la semana la estancia a los menores ingresados han estimado que necesitan un presupuesto anual de unos 34.000 euros. Así que invita a empresas interesadas en el proyecto a patrocinarlo y apostar por una iniciativa con evidencia científica. «Hay muchísimos artículos publicados en los que se demuestra que esto [un servicio de payasos] mejora la calidad de vida de los niños ingresados, de sus familias y del personal sanitario, además de reducir sus niveles de estrés y de ayudarles a desdramatizar la estancia hospitalaria», explica. Y por esta razón han pensado en una opción que les permitiría empezar sin haber conseguido el 100% del presupuesto: un micromecenazgo (un crowdfunding) que lanzarán en abril para conseguir, al menos, los 10.000 euros que cubrirían los primeros meses de actuaciones. «También abriremos una campaña de socios», dice, indicando que todos los interesados pueden contactar con ellos en el correo electrónico info@pdhburgos.org
En esencia, el proyecto recupera la esencia de lo que ya se hacía y plantea un recorrido por las tres plantas del bloque F en las que hay niños: las urgencias, la zona de neonatos y la UCI, así como el área de hospitalización, donde también está el colegio. «Un payaso de hospital es, ante todo, un artista clown, con un personaje sólido y experiencia en interactuar con personas de todas las edades sin juzgar», apunta Santamaría en su iniciativa, que resume así: «Nuestro objetivo es tratar a los pacientes como personas, no como enfermos».
Para conseguirlo, cuenta con el apoyo de la junta directiva de la nueva entidad, formada por personas que no tienen nada que ver con la interpretación. Y, una vez que consigan fondos, confían en que se sume, al menos, otro payaso preparado para alegrar el HUBU.