El Ayuntamiento de Sargentes de la Lora avisa desde hace años del peligro que entraña vivir con el petróleo al cuello. Pero ahí sigue pese a sus denuncias. La última se materializó ayer mismo con la visita de una patrulla del Seprona de la Guardia Civil al campo de Ayoluengo, donde tres perros de caza han estado a punto de ahogarse en la cabecera de uno de los pozos, que ha perdido la rejilla protectora, bien por el abandono de las instalaciones, inactivas desde 2017, bien por el expolio. 

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha destinado 950.000 euros para la retirada de un vertido que se produjo en tres tanques de parafina, según el importe que figura en el listado  de encargos a la empresa pública Tragsa del pasado mes de junio. Contrataron a empresas especializadas para retirar a mediados de julio los miles de litros que habían quedado contenidos en una balsa de tierra y vaciaron los tanques, que sin embargo siguen allí.

Al parecer, tienen previsto volver para realizar otras actuaciones, porque el plazo de ejecución se eleva a 6 meses, pero en cualquier caso no pasan de una intervención puntual, en un campo petrolífero que abarca 10.600 hectáreas surcadas por tuberías de gas y salpicadas de caballitos metálicos, depósitos...   

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