La ejecución de infraestructuras es un proceso complejo. Sin embargo, algunas cumplen los plazos por los que se adjudicaron de forma escrupulosa mientras que otras se atascan, generando un retraso considerable que afecta a los ciudadanos que deben disfrutar de las mismas. En este último grupo se encaja el caso de la A-12 entre La Rioja y la provincia de Burgos.
La inversión en los 14,4 kilómetros de autovía, de los cuales algo más de la mitad ya pisarán territorio castellano, está estimada, según el Ministerio de Transportes en 93 millones de euros. Pues bien, el propio Gobierno reconoce que cuatro años después de iniciar la obra, uno más del plazo inicialmente pactado, apenas se han certificado 52 millones. Algo más de la mitad. Así se lo han hecho saber a los diputados populares por Burgos en el Congreso, que elevaron hace unas semanas una batería de preguntas al respecto sobre la situación actual de la A-12.
Este pasado verano el Ejecutivo central aprobó un modificado que la UTE adjudicataria solicitó en junio de 2022 alegando falta de préstamos -sobre todo tierra y cal- para inyectar en los numerosos terraplenes, desmontes, rellenos o estabilizar la plataforma. Este hecho supuso un incremento tanto del periodo de ejecución como del montante a pagar por la ejecución. Si la construcción se adjudicó por 59,8 millones de euros (sin IVA) frente a los 80,7 por los que salió a concurso, finalmente el montante se elevará hasta alcanzar los 72,4(87,6 millones con IVA). En total serán 12,6 millones de más los que se abonarán para terminar este tramo.
Además, de los 36 meses -tres años- que reflejó el contrato firmado con Torrescamara y Cia de Obras, Ortiz Construcciones y Proyectos y Levantina, Ingeniería y Construcción para tener listo este tramo de autovía se pasará a 56 meses, es decir, más de cuatro años y medio. De este modo, y a falta de ver cómo evolucionan los trabajos, todo apunta a que será a finales del año que viene cuando se pueda estrenar esta infraestructura. Al menos si nos ceñimos a las estimaciones gubernamentales. Porque sobre el terreno la actividad, especialmente durante el invierno y el arranque de la primavera, ha sido prácticamente residual. Hace un mes el grueso de los camiones se encontraban parados -algunos de ellos incluso averiados- mientras que los avances se producían a cuentagotas y en zonas muy localizadas.
Incertidumbre. Con la única obra en la A-12 al ralentí, el resto de tramos hasta desembocar en Burgos presentan el mismo horizonte que hace meses. En el siguiente al que actualmente se construye, que conectará Villamayor del Río-Villafranca Montes de Oca, el Ministerio asegura que sigue preparando la orden de estudio para licitar la actualización del proyecto. El Villafranca-Ibeas de Juarros está listo para sacar a concurso las obras, mientras que el Ibeas-Burgos no cuenta aún con la aprobación inicial de los planos.