De nuevo la ejecución de una infraestructura, en este caso una autovía, prioriza el inicio de su construcción en el extremo opuesto a Burgos. Ocurre en el caso de la A-11, donde hay obras o varios tramos abiertos en Soria y Zamora, pero no el la comarca de la Ribera. La Autovía del Camino de Santiago o A-12 es otro ejemplo de esto.
En la primera década de siglo, un espectacular impulso que dioel Gobierno de Navarra permitió el estreno casi de golpe los once tramos de esta vía hasta el límite con La Rioja. En total fueron 72,5 kilómetros que entraron en servicio entre 2005 y 2006. Todo un récord. Con la circunvalación por Logroño ya concluida, tocaba iniciar de nuevo la A-12 a partir de Navarrete con destino Burgos. Sin embargo, los esfuerzos inversores del Ministerio de Fomento se quedaron sin fuerza a las puertas, en Santo Domingo de la Calzada, a tan solo 9 kilómetros de la provincia castellana. En 2014 entró en servicio el último segmento que se ha abierto de esta autovía, el Hormilla-Hervías.
Desde entonces el Ministerio solo ha sido capaz de tener bloqueada la construcción de la carretera entre Burgos e Ibeas por un litigio con la adjudicataria. Casi 4 años le costó rescindir el contrato con Joca y Ocide tras exigir esta un modificado del proyecto que se llevó con una rebaja del 45 millones de euros, un 46% menos de lo presupuestado. Una cantidad a todas luces sorprendente, pero que contó con el plácet de los técnicos ministeriales.
Únicamente se logró avanzar algo en el tramo que culminaría las obras en La Rioja y las adentraría en Burgos. Su construcción arrancó en el verano de 2020 con un plazo de tres años. En estos momentos la ejecución marcha por buen camino y se espera que la UTE encargada entregue la autovía a mediados del curso que viene.
Tediosa tramitación. La elección del trazado por el que discurrirá la A-12 a lo largo de la provincia de Burgos fue, cuanto menos, una prueba de fuego. Especialmente polémico fue el tramo inicial que atravesaba el complejo de Atapuerca. El comienzo de los estudios se produjo a primeros de siglo, mientras que la aprobación definitiva del proyecto no llegó en 2008. Desde Madrid seguían afirmando que los trabajos en los 63 kilómetros arrancarían de forma conjunta en 2010, aunque no fue hasta ese año cuando se licitó la redacción de los planos para su construcción. Tal era el retraso que la clase política sostenía que el AVE llegaría antes (preveían que a mediados de 2014) que la A-12 (calculaban 2015 o 2016). En verdad estaban en lo cierto, solo que se equivocaron, en el caso del ferrocarril, en 8 años.
La entrega de los proyectos constructivos se fue sucediendo desde 2012 hasta 2016. En octubre de ese año se adjudicó el Burgos Ibeas a Joca y Ocide. El proceso de expropiación de terrenos se dilató más de lo esperado, y no fue hasta enero de 2018 cuando arrancaron los trabajos. Sin embargo la UTE tenía guardada una carta bajo la manga: movilizó unos pocos operarios que dresbrozaron varios metros del trazado... hasta que se presentó en Fomento exigiendo un modificado. La bajada temerosa con la que la adjudicataria logró hacerse con el contrato fue la razón. De los 84 millones presupuestados, Joca y Ocide se comprometió a hacer el tramo por solo 45. No contaron -o no quisieron contar- con que el tramo debía elevarse a una cota de 8 metros, lo que supondría una enorme inyección de tierra para ganar esa altura.
La UTE comenzó a buscar aliados en los pueblos más cercanos y en Defensa -el diseño puede comprometer tanto los accesos como la seguridad del acuartelamiento de Castrillo del Val- pero no obtuvo respuesta positiva por parte de Fomento. Este Ministerio, en vez de resolverlo rápidamente, dilató la resolución casi cuatro años.
Ahora el proyecto se encuentra en fase de actualización, aunque no estará listo para licitar de nuevo hasta 2024. En cuanto a los otros dos (Ibeas-Villafranca Montes de Oca y desde este municipio a Villamayor del Río) nada hace indicar que podrán empezar a construirse en breve. Los Presupuestos de 2023 no contemplan partidas económicas que hagan presagiar lo contrario. Mientras tanto, la N-120 continúa cobrándose vidas por culpa de los accidentes de tráfico.