Las tres etapas de La Casa de Papel

I.L.H. / Burgos
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Una exposición recorre las tres épocas en las que Burgos ha tenido presencia física en el mundo de la moneda: del siglo XII al XVIII, durante la Guerra Civil y con la Fábrica de Papel inaugurada en 1953. En el arco de Santa María

Rafael Feria, director del Museo de la Casa de la Moneda, se detiene en algunas de las acuñaciones que se hicieron en Burgos. - Foto: Patricia

«En este día, siguiendo caminos marcados por el fuero viejo de Castilla y ordenanzas del rey sabio, se inaugura solemnemente esta fábrica de alta importancia para la economía nacional y gran valor para los intereses espirituales de todos los españoles». Esa leyenda recogida en el libro de oro de la Fábrica de Papel de Seguridad daba inicio el 28 de julio de 1953 a la tercera época en la que Burgos ha tenido presencia física en el mundo de la moneda. 

La exposición Piedra y metal. Burgos y la Casa de la Moneda, que se puede visitar hasta el 19 de enero en el arco de Santa María, da cuenta de esta última época y de las dos anteriores:la que tuvo lugar entre los siglos XII y XVIII y que estuvo ubicada en la calle San Juan(en la esquina con la actual calle La Moneda) y la que se estableció durante la Guerra Civil. 

Pero no solo mira al pasado, como resaltó en su apertura la directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Isabel Valldecabres: «¿Por qué no hablar de esta cuarta etapa que inauguramos con vocación de permanencia en el Centro Tecnológico de Burgos? -un espacio para dotar de servicios digitales a la administración pública-. Ahí vamos a contribuir al enriquecimiento de la ciudad, el enriquecimiento de su tejido productivo, la vinculación con la universidad, la retención del talento y la apuesta sin complejos y sin temores por las nuevas tecnologías».

Respecto al recorrido histórico, la exposición está «hecha y diseñada para este lugar y esta ubicación» y con el burgalés Jesús Ojeda como comisario científico. En el primer bloque se explica dónde estaba ubicada esa primera Casa de la Moneda y lo que se acuñó allí: los llamados dineros burgaleses, las blancas, seisenes, novenes, maravedís, óbolos, meajas, pepiones, ducados, cuartillos, doblas, escudos, reales, ochavos, cornados, etc. con la letra 'B' que indicaba su procedencia burgalesa. Tras financiarse desde aquí los viajes de Colón, la casa entró en decadencia hasta que Felipe V la cerró en 1728. 

Con la Guerra Civil nació una segunda época centrada en la emisión de billetes y la producción de sellos. Hija de Braulio Fournier imprimió los que se denominaron Cifras, Cid e Isabel la Católica.

Yen 1953 comienza la historia actual con diseños creados desde aquí, como el de la marca de agua de la diosa Europa presente en los billetes de la moneda común.