Tras los restos de la fachada de los números 2, 4 y 6 de la calle La Fuente, Miranda de Ebro ha sacado a la luz un pedazo de su historia en lo que parecía un mero solar más. Sobre señales de tráfico roídas por el óxido, barriles abandonados, o sacos de cemento, Diario de Burgos ha comprobado que se alza la húmeda cúpula de una bodega que al menos data de la Edad Moderna, está construida con grandes piedras y tiene la roca natural como pared del fondo. Pero no es lo único que ha aparecido después del derribo de estos bloques, sino que también se puede ver con claridad una puerta que desemboca en una cavidad a los pies de la Picota.
Quizá otra bodega, o tal vez una sala escondida. Esas son algunas de las hipótesis para dar una explicación a esta estructura, aunque la primera ha tomado más fuerza porque, según el edil de Patrimonio, Carlos Diez, se ha hallado un documento de hace siglos en el que se pedía hacer una obra para ese uso. En cualquier caso, falta mucho por investigar y no va a resultar fácil confirmar su finalidad original, pues la entrada está tapiada. Por un sólido muro, de hecho.
En el Ayuntamiento explican que, seguramente hace menos de 40 años, se cubrió con dos capas de ladrillo rellenadas por cemento y forja. Así, hasta crear una pared de casi un metro de ancho que oculta su interior. U ocultaba, dado que se ha realizado una pequeña cata y se ha descubierto que, tras el tabique, hay unas vigas de madera similares a las de una mina para dar forma a la cavidad, que en la actualidad está llena de tierra.
El Consistorio pretende investigar a fondo este conjunto patrimonial con el objetivo «protegerlo». Así lo explica el edil de Urbanismo, Guillermo Ubieto, quien recuerda que su compañero de IU-Podemos, Carlos Diez, ya ha recabado muchísima información sobre aquellas construcciones de las que se ha retirado el escombro y ha constatado que hace siglos albergaban, entre otros, a la aristocracia local.
Ubieto reconoce que la recuperación de la bodega, la otra cavidad y el resto de históricos muros que han quedado a la intemperie no será inminente. El concejal, de hecho, cree que «la rehabilitación es muy costosa», por lo que el Ayuntamiento deberá buscar «financiación» externa. Su idea pasa por «acudir, no solo a convocatorias de fondos europeos, sino también hablar con la Junta, con la Consejería de Patrimonio y la de Fomento, para tratar tanto la recuperación del patrimonio como la creación de viviendas, porque si no se fija población se va a degradar aún más».
Antes de llegar a recuperar estos elementos, el líder de IU-Podemos explica que, incluyendo dinero municipal, se avanzará en tres líneas. Por una parte, «se va a hacer un estudio arqueológico, para tener una investigación profunda de lo que hay, lo que ha habido y cómo era, además de que ese estudio propondrá qué trabajos realizar, cómo y dónde excavar, o qué protección necesitan las medianeras, el muro y la bodega».
Por otro lado, se hará un «levantamiento taquimétrico», que consiste en un «estudio» para saber «cómo estaban las estructuras» antes de que se empezaran a hundir y se derribaran. En tercer lugar, el concejal añade que se procederá a la «consolidación» de los restos, siempre contando con «lo que digan los estudios», aunque anticipa que la idea es «reforzar las estructuras para que no sufran ahora que han quedado al descubierto y, además, también para hacer de sujeción de la colina».
El paso definitivo será la propia intervención, pero el proyecto aún no está decidido. Es más, Guillermo Ubieto apunta que «una de las propuestas es hacer un concurso de ideas» para determinar qué uso darle a estas antiguas estructuras. Pese a ello, subraya que el objetivo más amplio se centra en que actuaciones de este tipo marquen «un punto de inflexión» para «revertir la tendencia y frenar la degradación» del Casco Viejo en su totalidad.