El trágico accidente ocurrido el 29 de agosto en el que fallecieron dos hermanos de Tardajos marcó un antes y un después entre los vecinos de Rublacedo de Abajo. Durante años han trasmitido al Ayuntamiento la inseguridad que sienten ante las peligrosas maniobras al volante que realizan algunos conductores para esquivar los badenes de plástico, una acción que conlleva la invasión total del carril contrario. Ahora, después del fatal suceso, el malestar se ha incrementado, y por ello la alcaldesa, Paula Soria, exigirá a la Diputación, propietaria de la carretera BU-5021, que sustituya los limitadores por unos de hormigón de más altura.
La elevada velocidad con la que muchos de los cientos de vehículos que a diario atraviesan la localidad por la conocida carretera Poza -un porcentaje elevado de ellos corresponde con camiones que se dirigen a la planta embotelladora de Santolín- supone un riesgo que los vecinos no están dispuestos a seguir corriendo. Además de que algunos conductores hacen caso omiso a las señales que indican el límite permitido de treinta kilómetros por hora, los hay que circulan con total libertad sin respetar las líneas de los carriles para «evitar pegar un salto al traspasar los badenes», declara a este medio Javier. «Desde hace años, muchos, faltan trozos, y su estado actual supone un riesgo tanto para los vehículos como para las personas que a diario frecuentamos la zona», añade con tono de indignación.
Este y otros vecinos comprueban que aquellos que se «conocen bien la carretera, y son muchos», reiteran, «intentan esquivar las elevaciones». Hasta hace un mes nunca se había producido un choque frontal, pero la angustiosa situación que les tocó vivir ese fatídico 29 de agosto no la olvidan. Una brutal colisión frontolateral a la altura del kilómetro 29 de la BU-V-5021 sobre las 8.30 de la mañana, en Rublacedo de Abajo, se llevó la vida de dos varones que viajaban en la parte trasera de una furgoneta Citroën Berlingo, que impactó contra un Mini Cooper. La escena fue desgarradora y desde la localidad ruegan que no vuelva a darse nada similar, por lo que urgen que la administración les «escuche y garanticen la seguridad».
Soria, en función de alcaldesa, va a solicitar un encuentro con miembros de la institución provincial en el pueblo con el fin de trasladar la demanda social. «El tema nos preocupa mucho porque, a pesar de que el día después del accidente la Guardia Civil realizó un importante control de velocidad y me confirmaron que pararon a cientos de turismos, la gente no termina de concienciarse de los riesgos que conlleva circular por un pueblo rápido», comenta. Si bien, considera que «tres badenes de hormigón son perfectos para reducir la velocidad en un tramo de apenas doscientos metros porque las curvas cerradas obligan a reducir la marcha», aclara.
Sin noticias. Este periódico ha contactado con el diputado José Antonio de los Mozos para confirmar si la institución provincial pretende realizar alguna actuación en la vía, y este lo niega al considerar que la carretera se conserva en «buen estado». Hasta el momento no ha recibido «ninguna reclamación ni petición» para que se actúe a corto plazo.